Capítulo 2: ¿Por qué nosotros?

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— Esto está llegando a su fin, y para finalizar con la cosecha se escogerá a la segunda tributo del Distrito 12. —Se acerca a la urna de su izquierda de nuevo y por alguna razón mi cuerpo se llena de nervios. Un mal presentimiento me envuelve y por extraño que parezca, antes de que anuncie el nombre sé exactamente lo que va a ocurrir. Internamente trato de calmarme, un último nombre y podré olvidarme de la cosecha al menos hasta el año que viene, pero el mal presentimiento continúa. —La segunda tributo femenina es... ¡(TN) Smith! —Me quedo paralizada al escuchar mi nombre y sé que mis peores temores se acaban de hacer realidad. Deseo poder despertar y que sea un sueño como muchos otros que he tenido, pero tras pellizcarme fuertemente en el muslo, me doy cuenta de que esto es real y que mi nombre acaba de ser pronunciado por Effie. —Adelante querida, sube con nosotros. —Me busca entre la multitud.

Algunos que deben de reconocerme se giran a mirarme expectantes a mi reacción. Effie me hace señas para que suba al escenario cuando identifica que soy yo, y como si alguien controlase mi cuerpo, salgo de mi fila y camino por el pasillo por el que los anteriores tres elegidos han pasado. Intento poner la cara indiferencia e inexpresiva que acostumbro a llevar siempre pero no estoy segura de si consigo hacerlo, no sé si todos pueden ver el terror que me envuelve, pero yo sé que estoy temblando de miedo. Sé que cuando vas a los juegos siempre es mejor aparentar ser una persona fría y sin corazón que debilidad, es algo que se aprende al ver año tras año los juegos, y tras intentarlo, sé con seguridad que no lo consigo pues mis emociones logran controlarme.

—¡Esto es estupendo! Ya tenemos a los cuatro tributos que representarán al Distrito 12 este año. Enhorabuena, ¡daros la mano tributos! —Me da rabia escuchar la enhorabuena de Effie, ella lo ve todo como un juego bonito, pero no tiene ni idea de lo que en realidad supone todo eso.

Primero me doy la mano con Katniss, que, a pesar de siempre parecer una chica tosca, en este momento logro ver que está bastante afectada por todo esto y logro ver el pesar y el miedo en su rostro. Tras ella, me saludo con Jack, con él es totalmente distinto, me lanza una mirada fulminante y de repulsión que no logro entender, me causa escalofríos de solo pensar que en unos días tendré que enfrentarme a él en la arena, su apretón de manos es fuerte y brusco, y logra hacerme un poco de daño. Por último, saludo a Peeta, me lanza una mirada tranquilizadora, no sé si para mi o para él mismo y me sonríe igual que cuando nos cruzamos en la panadería o el colegio, algo que me llama la atención es que su mano es un poco áspera pero cálida y fuerte, es acogedora.

Tras terminar con ese paripé, los agentes de la paz nos guían hasta dentro del edificio de justicia y nos reparten a cada uno en una habitación. Soy la última a la que asignan una habitación, cuando entro me impresiona el lujo que me rodea teniendo en cuenta que estamos en el Distrito 12. Tiene sillones hechos de un material muy suave de color rojo y la decoración es muy clásica pero elegante.

Sé que la razón por la cual nos han traído a estas habitaciones es para que podamos despedirnos de nuestros familiares antes de partir hacia el Capitolio. Me alivia y entristece a la vez, pensar que nadie sufrirá por mí es bueno, pero creo que nunca me he sentido tan sola desde que mi abuelo murió.

La realidad de mi situación, es que soy privilegiada, pues otros niños en mi situación estarían en el orfanato del Distrito y por lo que sé ahí solo se respira miseria y desesperación. Como formo parte de la Veta, la zona más olvidada del Distrito, no le he preocupado mucho a nadie y la realidad, es que las personas de la Veta están más preocupadas en sobrevivir que no en si una niña huérfana vive sola o no. He de decir que con el tiempo logré hacer un pequeño trato con el alcalde para que hiciera la vista gorda, a cambio de entregarle lo que cazase en el bosque y recolectase una vez a la semana. Pese a ser el alcalde y de los más privilegiados del 12 sabe muy bien la situación del Distrito y por ello encubre algún que otro pequeño quebrantamiento de la ley. Lo mismo pasa con muchos agentes de la paz, muchos lo hacen por pena o compasión y muchos otros por propio interés. Es por eso que el Quemador, un mercado ilegal, sigue en funcionamiento pese a que todo el Distrito sabe de su existencia y su actividad. Es cierto que en las épocas en que nuevos agentes de la paz llegan, todos nos volvemos más cautelosos y nos ceñimos más a las normas, sobre todo cuando provienen del Capitolio o del Distrito 1 y 2.

La puerta abriéndose me saca de mis pensamientos, por ella entra un agente de la paz a decirme que tengo visita. 

 

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Los juegos del hambre (Peeta Mellark y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora