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— Quisiera, realmente, golpearle la cara —espetó el azabache, ganando una mirada de sorpresa por parte del mayor cuando finalmente se encontraron en dicho punto

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— Quisiera, realmente, golpearle la cara —espetó el azabache, ganando una mirada de sorpresa por parte del mayor cuando finalmente se encontraron en dicho punto.

— Bueno, había una tienda de dulces por acá cerca así que solo pase para comprar algunos —comentó con algo de gracia, cosa que enojó un tanto a su respectivo alumno—. ¡A lo que vamos! —alzó sus brazos con entusiasmo, la castaña de cabello corto bufó cruzándose de brazos y el azabache solo gruñó de igual forma, mientras que el pelirosa-palo le miró con emoción—. Esta es la academia International Kumamoto, la energía maldita del edificio es bastante sorprendente, no hemos detectado ninguna maldición de categoría especial, pero lo más probable es que se presente alguna si hay un dedo de Sukuna en el instituto.

— ¡Gojō-sensei! —alzó el pelirosa-palo con una mano en alto.

— ¿¡Si, Itadori-kun!? —devolvió este, apuntándolo con entusiasmo y la vez fingiendo algo de rudeza.

— Estamos a medio día ¿Eso significa que vendremos durante la noche a la academia? Sería peligroso para todos los estudiantes al menos que finjan alguna fuga de gas y evacuen a los estudiantes o algo así, además, si se presenta la oportunidad en la cual tenga que cambiar con Sukuna, también se verían las cosas complicadas.

El silencio invadió entre los estudiantes y el docente por un par de segundos, el peli-blanco suspiro llevando una mano a su barbilla, pues era más que obvio que, para no formar un gran escándalo, lo mejor sería regresar a dicha institución durante la noche.
Lo que aún le intrigaba era que, si bien, Sukuna les había mencionado muy castamente que encontrarían algo importante en el lugar que tenían frente a ellos, pero no especificó qué era, y aquello lo tenía algo ansioso. No podía volver a poner a sus estudiantes en riesgo con maldiciones de grados especiales o incluso cosas peores, por lo cual debía ser cuidadoso.

Ahora mismo se encontraba debatiendo en cuanta confianza debía depositar al demonio dentro del pelirosa-palo para ingresar al lugar.

— La cooperación de Sukuna no es exacta, así que en realidad no podemos confiar en su palabra...

— Claro, uno les ayuda y así es como estos bastardos te lo agradecen —espetó repentinamente la boca que brotó de la mejilla del chico, casi al instante en que sus palabras terminaron, Itadori golpeó levemente su mejilla y la boca desapareció.

— Sin embargo —continuó el peli-blanco—. La energía maldita que emana el lugar es increíble, pero no es fácil predecir qué es exactamente lo que hay en ese lugar. Durante la noche, cuando ingresemos, debemos estar preparados para lo que sea, esta vez me encargaré de acompañarlos incluso si tengo demasiado trabajo.

— ¿En serio tienes "demasiado trabajo" o solo te vas por ahí a comprar dulces? —fue el azabache, con su monótono rostro serio y mirada insistente al mayor.

— No me subestimes, Fushiguro-kun —canturreo el peli-blanco esbozando una leve sonrisa.

Nuevamente, la mirada del grupillo se fijó en el gran lugar repleto de estudiantes, algunos que salían del lugar cargaban con una pequeña neblina de energía maldita, algo que debían detener.

The  firstborn | Jujutsu Kaisen. (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora