Loto Negro (black lotus)

Capítulo 113: No renuncies al piano

Hoy es el último día del año y todos se reunirán con sus familias para ver los fuegos artificiales y comer la cena de Nochevieja.

Wen Niannan encendió el televisor mientras estaba sentado solo en el sofá, mirando la pantalla sin comprender y mirando el teléfono.

Quería decirle un feliz año nuevo a su padre, pero temía que su padre se decepcionara de sí mismo debido a su divorcio de Gu Yansheng ...

Timbre...

[Niannan, estoy en la puerta, ¿puedes salir? ]

Wen Niannan se quedó mirando el mensaje que Tang Shuo le había enviado en su teléfono celular. Pensó que Tang Shuo nunca volvería a contactarlo después de decir algo tan desesperado ese día.

Wen Niannan levantó los ojos para mirar la puerta, abrió la puerta y salió.

No había nadie en la entrada y en el patio. Wen Niannan se volvió hacia la casa cuando no vio a nadie. De repente, hubo un ruido fuerte, y el cielo oscuro parecía iluminado por estos enormes fuegos artificiales como estrellas fugaces.

-Todos los hermosos fuegos artificiales explotaron en el cielo como estrellas fugaces, extendiéndose excepcionalmente hermosos, de repente apareció débilmente en los fuegos artificiales una forma de corazón.

"¡Feliz año nuevo!"

Tang Shuo repentinamente saltó por un lado y se acercó con una sonrisa en la mano.

"¿Son bonitos los fuegos artificiales? Pensé mucho, jaja, ¿te gusta esa forma de corazón? ¿Está un poco pasada de moda?"

Wen Niannan no habló durante mucho tiempo, pero miró a Tang Shuo, que estaba sonriendo alegremente, temblando.

Dijo: "Tú ... cómo estás ..."

Tang Shuo parpadeó de repente y se llevó la mano a los labios: "Silencio ... Niannan, mira quién está detrás de ti".

"Xiao Nian"

El cuerpo de Wen Niannan se congeló repentinamente cuando escuchó el sonido, y lentamente se volvió rígido para mirar a la persona detrás de él. Cuando vio el rostro familiar, los ojos de Wen Niannan se pusieron rojos instantáneamente.

"padre..."

Cuando el padre Wen vio el rostro delgado de Wen Niannan, sus ojos también se llenaron de lágrimas y una voz ronca respondió: "Estás más delgado ..."

Después de escuchar la voz de su padre, las lágrimas de Wen Niannan se deslizaron instantáneamente. Quería saltar a los brazos de su padre y contarle sus quejas. Quería decirle a su padre que extrañaba mucho a su madre, pero parecía no poder controlar su cuerpo y estaba inmóvil. Congelado en su lugar.

El padre Wen dio un paso adelante, tomó a Wen Niannan en sus brazos y abrazó a su angustiado hijo que había sido sensato desde la niñez.

"Xiao Nian, lamento que papá llegara tan tarde y te hiciera sufrir tanto ..."

Wen Niannan bajó la emoción en sus ojos, levantó la mano para enjugar las lágrimas del rostro de su padre y sonrió desde el fondo de su boca: "No, estoy muy feliz, estoy muy feliz de que puedas venir, padre".

"¿Por qué no me dijiste sobre tu hospitalización? Debería haberte atendido y no debería dejarte solo en el hospital ..."

Wen Niannan negó con la cabeza y dijo en voz baja: "No dejé que Tang Shuo te contactara. No queria molestar a mi padre".