Alguien por quien Preocuparme [AbeMiha]

El poder de su Voz

Pensé sobre ello hasta antes de dormir.

Mis padres habían aceptado el hecho de que me había enamorado de un hombre, sorprendentemente y en contra de todo lo que esperaba. Pero aun así, se me hacía irreal… tal vez aun no estaban conscientes de todo lo que eso implicaba y ¿por ello querían comprobarlo viendo a Mihashi?, ¿cambiaría algo que lo conocieran?...

No sonaba lógico.

Pensándolo mejor, era posible que mis padres hubieran aceptado eso tan fácilmente para pretender apoyarme, pero eso no quería decir que podrían aceptar a Mihashi... De hecho, eso presentaba todo un problema... Porque ellos,

Ya lo conocían.

Y también conocían a su madre.

Si acaso llegaban a saber que se trataba de él, ¿no se lo dirían a ella?... ¿y ella podría aceptarlo?

Dudaba mucho que la madre de Mihashi lo tomara tan a la ligera.

Es decir, no la conocía lo suficiente, pero la posibilidad estaba latente.

Definitivamente no era muy buena idea presentárselos ahora.

Tenía que... Pensar en una manera de evitarlo.

Y por otro lado, luego de aquel día, no había hablado apropiadamente con mi papá. Sabía que el hecho de que a me gustara otro hombre lo afectaba y por eso evitaba hablarme a solas, suponía que no quería hacerme sentir mal.

La situación era muy delicada.

Al día siguiente y de camino a clases, pensaba en cómo podía llevar las cosas ahora con Mihashi, es decir, no hacía falta que los demás lo supieran…definitivamente NO, lo que menos necesitaba ahora era un escándalo en el club. Si el club lo llegaba a saber podría ser el acabose para ambos.

Entré al salón cerrando la puerta tras de mí y casi inmediatamente, como un reflejo, mire el lugar de Mihashi.

Y ahí estaba el.

Su cabello naranja… ¿siempre me pareció tan atractivo? Quería besar ese cuello tan frágil que se apreciaba tras su camisa...

Pero... No podía.

Más sin embargo me dirigí a su lugar, reprimiéndome todos aquellos deseos.

— Buenos días, Mihashi -le sonreí, mientras colocaba una mano en su hombro-

Su cuerpo se sacudió ligeramente, como de costumbre y me miró con nerviosismo.

"Como lo sospeché el aún sigue siendo tan tímido" pensé, "pero supongo que esto es algo que me gusta de él" sonreí ante la idea.

— B-buenos d-días... A-be…kun -me respondió con su sonrojo característico-

— ¿Cómo estas hoy? -quite mi mano de su hombro- ¿comiste bien?

— ¡S-si! C-comi m-mucho ésta m-mañana –a pesar de su timidez su voz sonaba más enérgica-

Y probablemente era algo que siempre había pasado, pese a su titubeante forma de hablar, el tono de su voz era muy diferente para cada ocasión. Me di cuenta, que ese detalle era casi imperceptible en él. "supongo que es algo que solo yo conozco ahora" pensé.

— ¡Bien hecho! -sonreí ampliamente y puse mi mano en su cabeza, revolviendo su cabello suavemente-

La mirada de Mihashi brillaba de emoción, sus labios dibujaban una sonrisa nerviosa y el rubor de sus mejillas se habían hecho ligeramente más fuerte.

Maldición, realmente quería besarlo.

Saber que no podía y teniéndolo tan cerca no era nada agradable.