Sara

Prólogo

Camino cada vez más rápido por esta calle vacía.

Está oscuro, pero puedo ver las siluetas que me siguen acercarse más y más.

Me gritan.

Trato de huir.

Me encuentro en un callejón sin salida.

Estoy atrapada.

Cada vez están más cerca.

Trato de pedir ayuda, pero nadie me oye.

Mi móvil no funciona.

Y, de pronto, ya están aquí.

Me despierto de golpe, lágrimas corriendo por mis mejillas.

Mi madre está junto a mí, con la mirada asustada de todas las mañanas.

ー Buenos días mamá.

Cómo todas las mañanas, me abraza con fuerza.

ー Buenos días cariño.

Como todas las mañanas, me levanto, desayuno, me lavo, me pongo un chándal y una sudadera holgada con mis zapatillas favoritas, y salgo de casa.

Como todas las mañanas, en el portal me espera mi mejor amiga, Raquel, y nos dirigimos juntas al instituto.

Como todas las mañanas, vamos juntas a clase.

Como todos los días, evito por todos los medios quedarme sola.

Como todos los días, intento pasar desapercibida.

Como todos los días, es imposible.

Como todos los días, la gente susurra cuando paso.

Como todos los días... desde aquella noche.