—Cariño, rápido que tengo una reunión con Arthur antes que se vaya a casa —dijo el QiRen sentándose—. ¡Jin! —gritó porque el pequeño estaba en la sala gritando y corriendo para lanzarse a los sofás como un avión, no quería hacer caso, estaba descontrolado haciendo de sus berrinches.

Yibo se sentó con desgano, se había acostumbrado a comer solo o con Arthur, detestaba cuando su madre llamaba a todos a la mesa como si hubiera esa unión, sabía que Jin no quería colaborar porque tampoco estaba acostumbrado.

Carman fue donde el pequeño y lo tomó del brazo, tirando de él para llevarlo a la fuerza, haciendo que Jin comenzara a llorar y forcejear con ella, Carman gritó a su esposo por ayuda y este por lo pasivo que era, cargó a su hijo y lo llevó a la mesa para luego darle un postre.

—Cariño, primero debe de comer la cena, luego el postre.

—Carman, déjalo, comida es comida, además está llorando. —Yibo miró con desaprobación a Jin quien intentaba calmar su llanto comiendo el postre.

Carman había hecho la cena, pero los presentes no la saboreaban como ella hubiera querido, acostumbrados a comer comida preparada y ahora tenían que comer algo que no tenía nada sabor, un guisado de verduras con pollo desabrido.

—No hay mejor cosa que comida sin sabor —dijo QiRen pensando que decía algo positivo, Jin rió ante eso y comenzó a jugar con la comida, Yibo no decía nada, solo observaba molesto.

—La próxima vez cocinarás tú o Yibo, o mejor debería cocinar Yibo ya que no hace nada en casa, ¿Qué piensas jovencito? —Encaró Carman sentada a su frente, Yibo alzó la vista y la miró—. Es hora que hagas algo con tu vida, estoy harta de encontrarte en casa no haciendo nada.

—No puedo salir como antes —dijo Yibo—. Y no me quieres dar el préstamo para el auto he irme de aquí para no pasar tanto tiempo en estas cuatro paredes, pero no te pediré nada mas, ya estoy por comprarme una moto.

—Hijo —intervino QiRen —. Lo que dice tu madre es verdad, estamos cansados de esto, de tu falta de motivación por estudiar, trabajar, aquí todos trabajamos duro para sacar adelante esta casa.

— ¿Para qué? —Desafió poniendo los puños sobre la mesa—. ¿Para qué todo esto? No quiero ser como ustedes, unos padres ausentes que con suerte pueden hacerse cargo de un niño de ocho años, que contratan a un niñero para sus cuidados porque sus padres pasan 23 horas fuera de su casa, gracias pero como ustedes jamás seguiré un ejemplo, estoy harto y estoy pensando mudarme.

—Deberías —dijo Carman—. Eres un estorbo aquí además un mal ejemplo para Jin.

—¡Yo no tengo nada que ver! —gritó el niño esparciendo su insípida comida fuera de su plato. QiRen le dio un manotazo en la mano, lo que causo el llanto del pequeño.

—Es lo que ocasionas —dijo Carman mirando a Yibo—. Ocasionas rebeldía en mi pequeño con tus ideas de sublevarte.

Yibo ya no podía seguir aguantando y se levantó de la mesa, estaba harto de lo mismo, no podía tener una cena tranquila en su casa, debía pensar en algo cuanto antes.

Una de las cosas por las cuales no se mudaba a vivir solo era por Jin, de todas formas como se portara él era su hermanito pequeño, Yibo sabía lo mucho que ese niño lo estimaba y hasta admiraba. Si se mudaba, Jin estaría más solo y sufriría mucho, tampoco quería eso, él sabía lo que era sentirse solo y él no quería esa para su hermanito.

Fue a su habitación, tomó un calmante para su pierna y se acomodo en su cama, pensó en llamar a Xiao Zhan, aunque como estaba molesto no lo vio buena idea.

BABYSITTERWhere stories live. Discover now