Capítulo 2: Despertar

Start from the beginning
                                    

— Te podría preguntar lo mismo. — contraataqué, cruzándome de brazos.

— Se fue la luz, y venía a revisar los capacitores. — explicó.

— Vale. — contesté, y lo rodeé.

— ¿No me vas a responder tú? — replicó.

— Dejé de tener que darte explicaciones cuando cumplí la mayoría de edad. — puntualicé y corrí escaleras arriba.

Ignoré la oscuridad que me rodeaba. No me detuve en ningún momento hasta llegar a mi habitación, y encender mi lámpara portátil. Me dejé caer sobre la cama con los brazos abiertos y dejando escapar una respiración profunda.

Mi teléfono móvil vibro sobre la mesita de noche. Alcé la mano para alcanzarlo y me di cuenta que aun llevaba la hoja que horas atrás estaba devorando mi perezoso. La dejé a un lado y tomé el aparato.

"Voy a pensar que tu teléfono fue secuestrado por los aliens, y que recién lo tienes de vuelta, y por eso no me habías dicho que regresaste a Malakai."

Leí el mensaje de Whatsapp desde la barra de notificaciones. Lo iba a ignorar y no quería dejarlo en visto, que pensara que simplemente no lo había leído era lo mejor.

No puedes evitar a la garrapata para siempre.

Sé que no, pero no tengo la cabeza para lo intenso que se pone Logan. Este chico y su hermano, dicen ser mis mejores amigos, más yo no los considero así. Es cierto que en la preparatoria siempre andábamos juntos los tres; no obstante, siempre tuve claro que no quería formar vínculos de amistad con nadie.

Mi mirada se desvió hacia el papel sobre la cama. En un principio, ni siquiera sabía lo que estaba viendo; era como estar concentrada a la nada perdida en mis pensamientos. Pero luego de que volví a la realidad y leí la primera palabra, mi ceño se frunció.

— No puede ser... — murmuré recorriendo con mis ojos cada letra y fórmula plasmada en el papel. — Es...imposible.

Me puse de pie como un resorte sin alejar la vista de la hoja en mis manos. Releí una y mil veces, buscándole el truco, pero simplemente no había truco. Lo que estaba leyendo era real.

El elemento faltante en la fórmula de la criogenia.

— ¡Puedo despertarlo! — grité emocionada.

Me puse mis pantuflas y corrí hacia la puerta con el objetivo de bajar hacia el sótano. No me importaba que fuese tan tarde, ya no quería perder más tiempo.

Sin embargo, quedé con la mano en la manija de la puerta.

— ¿Qué — presioné hacia afuera — pasa?

— Este es tu castigo por responderme así. — habló mi tío al otro lado.

— ¡No me jodas! — exclamé y comencé a empujar la puerta con más fuerza.

— Cuida esa boca, señorita. — inquirió, y supe que se estaba burlando de mí.

— ¡VETE A LA MIERDA! Ya no tengo 15 años. Te puedo denunciar por esto. — escruté con rabia.

— Hazlo y te quitaran al bicho que trajiste contigo. — declaró.

¡Mierda! Que minutos antes odiara al perezoso por destrozar el sótano, no significaba que dejaría que se lo llevaran. Gracia a él, descubrí el elemento faltante para despertar al chico en el sótano, y se lo debía, aunque fuese un simple animal.

— ¡Púdrete! — grité luego de darme la media vuelta y lanzarme boca abajo en la cama.

Nunca había odiado tanto a nadie como lo hacía con mi tío. Ese hombre convirtió mi vida en una desgracia. Que mi tía se fijara en él, fue lo peor que pudo pasar. Es un maldito imbécil.

EisherzWhere stories live. Discover now