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Era un horrible día de tormenta cuando Min Yoongi descubrió a una pequeña "gran" montaña de pelos tirado justo al pie de la entrada de su casa. Decir que en ese momento no se asustó, era poco; y que también no cayó al suelo gritando, era una mentira.

Estaba seguro que, el grito que dio, se escuchó por arriba de la tormenta.
Pero al parecer la montaña de pelo gris no lo escuchó «A menos que estuviera muerto» Un escalofrío recorrió su espalda al pensar aquello.

Con mucha cautela se acercó hacía el lobo, debía tener mucho cuidado, no se sabía qué podía pasar en casos así.

Conteniendo el aliento, apoyó su temblorosa mano contra el pelaje del lobo, y grande fue su sorpresa al descubrir una mancha rojiza en el área del abdomen del animal; su pecho se oprimió de compasión, ese pobre lobito estaba herido.

La tormenta a cada minuto parecía aumentar más y más. Yoongi estaba en pleno debate mental, debía entrar antes que el viento sea más fuerte y violento. Por ese lugar, las tormentas se caracterizaban por ser muy fuertes y peligrosas; y la sola idea que aquel pobre herido lobito quede fuera en ella lo hacia sentir culpable.

Su blando corazón y la lastima que sentía fue mucho más grande que aquel pensamiento de no saber quién era ese lobo y por qué razones estaba herido en la entrada de su casa.

Estiró su brazo para poder buscar la forma de cargar al animal pero, apenas sus dedos rozaron el pelaje de este, lentamente el lobo volvió a su forma humana. Dejando ver un lindo joven de piel morena y cabellos castaños.

Yoongi se sonrojó al notar la desnudez del chico y, a la vez, se cacheteó mentalmente por quedarse mirando más del tiempo debido.

Con cuidado de no rozar esa profunda herida de su abdomen que, a decir verdad, en su forma humana se veía mucho peor que en su forma lobuna; tomó al chico entre sus brazos, descubriendo que era más alto de lo que imaginó, y con mucha dificultad entró a su hogar justo en el momento en que la tormenta empeoró.

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Estaba vivo, por poco.

O eso le explicó su mejor amigo y doctor, Kim Seokjin. A quién había llamado al ver que el sangrado no paraba y el realmente no sabia que hacer ante esa situación. Por teléfono, Jin le explicó y ordenó lo que debía hacer para frenar la hemorragia, y tras asegurarse que por el momento sí había parado, le informó a Yoongi que estaba en camino para ayudarlo.

-—Mucha gracias, Jinnie – exclamó agradecido Yoongi mientras le tendía una taza de café a él y otra de té para Jungkook, quien le sonrió como agradecimiento- y lo siento Jungkookie, por mi culpa tuvieron que venir aquí con esta tormenta.

Jungkook, era el omega destinado de Jin y estaba en espera, se podía notar en su bonita pancita de 4 meses.
Al parecer, Jin, decidió no arriesgarse en dejar a su omega solo en su casa.

—No importa, Yoon –exclamó finalmente el omega, quién observaba la casa sorprendido– Siempre quise conocer tu casa de verano.

Yoongi sonrió.

— Sabes que puedes venir cuando quieras, tú y Jin son más que bienvenidos –les aclaró observando con ternura como los ojos del omega se hacían brillantes por las lágrimas que quería contener, el embarazo lo tenia muy sensible– además tengo piscina, se cuanto te gusta nadar.

—¡Piscina!– chilló emocionado– ¿¡En serio!?

—Sip, para cuando pase la tormenta te invito a que te des un chapuzón–le susurró en una sonrisa.

Jungkook claramente aceptó y lo festejó aplaudiendo y cerrando sus ojitos, donde una hermosa sonrisa surcó su rostro.

—Bien, iré a ver al chico –exclamó Jin claramente afectado por ello.

Ambos omegas observaron como Jin abandonó la sala de estar lo más rápido posible.

Yoongi suspiró y Jungkook quiso llorar.

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La tormenta se hacía más fuerte, los truenos y relámpagos eran más constantes, y las gotas de lluvia hacían escándalo al chocar contra el vidrio de las ventanas.

En una de las tantas habitaciones de aquella casa, estaban Jin y Yoongi conversando, Jungkook se había ido a dormir excusándose que estaba cansado, pero en realidad se podía oler la tristeza que desprendía.

—No entiendo por que le huyes – exclamó Yoongi dirigiéndose a Jin en un tono de reproche – es más que obvio que tu lobo aceptó el de Jungkookie, el cachorro que crece en su vientre es la prueba.

El alfa estaba en silencio, procesando todo lo que el omega le estaba sacando en cara.

—Y tú también estas loco de amor por él – siguió acusándolo con el dedo– no seas idiota, ve con tu pareja, esta triste.

Finalmente, tras varios minutos de silencio, Jin tomo aire tembloroso; sí, estaba más que claro que él y su lobo amaban a Jeon Jungkook. Pero tenía miedo y Yoongi podía leer ese miedo en sus ojos.

—No pasará lo mismo que con Suran... –La voz del omega se apaciguó y tomó la mano del alfa entre las suyas– Podrás protegerlos a ambos.

Tanto, la parte humana como lobuna de Jin, sintieron una horrible puntada de dolor ante el recuerdo de su antigua prometida, la imagen de la chica tirada en suelo bajo un gran charco de sangre y su abdomen, donde se estaba desarrollando su cachorro; totalmente destrozado. No podía salir de su cabeza, recordándole lo débil y mal alfa que fue en ese entonces.

— Yo...–la voz del alfa salió estrangulada por el nudo que comenzó a subir por su garganta.

Entró a la habitación a pasos lentos y mirando el suelo con desinterés, el hecho que sus amigos (y pareja favorita) estuvieran pasando problemas, lo ponía demasiado triste.Pero el hecho de estar mirando el suelo distraído no le advirtió que aquel chico alfa ya estaba despierto y alerta por no saber en donde estaba; no hasta que lo empujó contra la pared colocando su antebrazo en el cuello del omega, haciendo presión en esa área mientras lo miraba de forma amenazante.

— ¿Quién eres?–la voz de ese alfa era sin duda intimidante y amenazante– ¿Dónde estoy?

Yoongi miraba al chico con los ojos abiertos de par en par, totalmente asustado.

—¡Responde!

—Yo-o –Yoongi hizo un sonido asfixiante mientras señalaba su cuello para que lo libere y le permitiese respirar.

El alfa retiró su brazo lentamente del cuello del omega, pero de igual formas aún lo tenia apresado entre su cuerpo y la pared, y no dejaba de intimidarlo con la mirada.

Yoongi tosió un poco mientras masajeaba su garganta.

—Soy  Min Yoongi, e-estas en mi casa – habló con un poco de dificultad, tragando saliva ante el miedo que le provocaba ese alfa– apareciste herido en la puerta de mi casa y decidí ayudarte.

El alfa, ante aquella información, frunció el ceño mientras trataba de recordar qué le había sucedido y cómo llegó hasta ese lugar.

Mientras tanto, Yoongi trataba de calmarse, ¡Ese alfa casi le provoca un infarto!.

Trató de regular su agitada respiración e inhaló de forma profunda provocando que, un relajante y atractivo aroma a pino y tierra mojada, nublara todos sus sentidos.
Le pareció un aroma tan adictivo para su ser que se atrevió a dar otra profunda inhalación, queriendo hundir su cabeza en el cuello del alfa sólo para sentir ese aroma más de cerca.

Sus pupilas se dilataron y su cuerpo comenzó a temblar; pero no por miedo, sino por lo fuerte que ese aroma comenzaba a afectarlo. Su omega quería mostrar sumisión ante ese alfa, mostrarle su cuello y que lo marque.

Y todo aquello significaba solo una cosa, ese alfa era su pareja destinada.

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~LechedeCereza🍒

Dedicado al autor(a) original.

¡𝗤𝘂𝗶𝗲́𝗿𝗲𝗺𝗲 𝘁𝗼𝗻𝘁𝗼 𝗔𝗹𝗳𝗮! || TaegiWhere stories live. Discover now