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—¡Holly! —llamo apenas entro al departamento. —¡Holly, Holly, Hooooolly! —sigo gritando mientras corro a su pieza.

Entro aún llamándolo a lo que se despierta asustado y cae al piso. Salto sobre su cama y me quedo mirándolo aún inquieto.

—Holly, Holly, Holly.

—¿Qué quieres Calum? —pregunta de mal genio. —Casi me da un infarto.

—Lydia me dijo que le gusto y yo le dije que me gusta y ahora no sé que hacer, ¿qué se hace cuando le gustas a alguien? ¿Por qué le gustó? ¡¿Yo no debería gustarle?! —hablo rápidamente saltando en la cama.

Holly

Lo amo pero si no se calma lo voy a golpear, igual no puedo ocultar que he quedado en shock.

—Cal... —llamo pero él me corta.

—Esto no puede estar pasando, ¿por qué está pasando? No debería de estar pasando, ¡le gusto a Lydia! Yo no debería de gustarle, debería huir del país... o al menos de la ciudad, si debería. —habla rápidamente mientras camina de un lado a otro sobre mi cama.

Calum da algunos saltos y sigue hablando.

—Yo le gusto, ella me gusta y el beso y el maquillaje, no me queda tan mal el maquillaje debería probar pero mejor no ya que no sé y Lydia tampoco, quizás deberías ayudarme tu que sabes más.

—¡Calum! —grito llamando así su atención.

Él se detiene sobre la cama y se queda mirándome a lo que le arrojo la almohada a la cara haciendo que pierda el equilibrio y caiga contra la pared.

—Respira que no te entiendo nada y solo dices cosas sin sentido. —pido y me siento a su lado.

Parece niño perdido, su mirada es confundida y su cabeza está inclinada hacia un lado mientras hace un puchero.

Tierno... pero igual quiero golpearlo, casi me mata de un infarto.

—A ver si entendí, Lydia te preguntó que si le gustas y tu le dijiste que si y ella te dijo que igual le gustas y luego se besaron y algo del maquillaje.

—Si, ella me estaba maquillando ya que quería intentar pero no le salió, deberías darle clases, tu maquillas bonito. —habla aún en tono rápido.

Cuando Calum habla rápido es que está muy nervioso.

—Entonces, le gustas a la chica que te gusta, ¿cuál es el problema? —pregunto y vuelve a estallar la bomba ya que vuelve a hablar rápido.

Lo cojo del brazo y lo jalo para que vuelva a sentarse.

—Deberías calmarte, de verdad. —pido de forma calmada mientras sonrio. Es tierno, intenso, pero tierno a su manera. —Respira profundo y luego hablas.

Calum me hace caso y tras unos minutos vuelve a mirarme con un puchero.

—¿Qué hago?

—Tomalo con calma, ya sabes que le gustas y eso era algo que te tenía en dudas, puedes ahora si decirle que no quieres que sean pareja por el momento por tus motivos y dejas claro eso y según lo que ella diga, que estoy seguro te comprenderá, pueden seguir saliendo como hasta ahora y no sé, darse besos y esas cosas. —hablo y acaricio su cabello. Sus mejillas se sonrojan ante lo último.

De verdad es tierno.

—No sé... ¿y si se molesta? ¿Y si se arrepiente? ¿Y si solo era broma?

—No te hagas ideas así bebé, conocemos a Lydia, más tu que yo, y sabes como es. —hablo y él asiente. —Solo déjate llevar, no lo pienses tanto, no le des tantas vuelvas.

—Nunca he tenido pareja ni me a interesado tener pareja, no sé que hacer.

—Salen a citas, pasan tiempo juntos, hablan, se conocen, se besan, se abrazan. Lo que hacen ahora pero solo le sumas los besos y abrazos. —digo sonriendo divertido a lo que me golpea en el brazo.

—Yo... voy a pensarlo.

—Mientras no huyas todo está bien.

—No lo haré, creo.

—Tampoco ignorar lo qué pasó. —hablo en tono acusador a lo que él hace un puchero.

Niego, alboroto su cabello y me acuesto de nuevo.

Última OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora