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La música tranquila podía escucharse entre las paredes de color café, con los pájaros que se encontraban en el jardín acompañando la melodía.

La taza de té se había acabado, al igual que la tinta del bolígrafo que mantenía Sungchan entre sus dedos, provocando que este se tuviera que parar de su asiento e ir a buscar otro, aún sin salirse de la habitación, pero era distracción para su trabajo.
Podía sentir los rayos del sol, cálidos atravesando por la habitación, le gustaba esa sensación debido a que su tacto era frío.
Su mejilla se apoyó en la palma de su mano izquierda, mirando como la mitad del papel estaba sin rellenar, necesitaba más ideas para su novela.

El sonido de la puerta lo sacó de sus pensamientos, tampoco trató de ocultar la pequeña sonrisa que se formó en su rostro.

Adelante.

Vio como la puerta era abierta poco a poco, apareciendo primero una cabellera con unas adorables orejitas de gato antes de poder ver aquel tierno rostro de Shotaro, su luz.

Te traje un trozo de pastel, yo, hum. — Shotaro pensó bien las palabras en Coreano antes de seguir. — De chocolate, s-sí.

A pesar de cometer errores a veces con su vocabulario, Sungchan era tan paciente con él que sus ánimos nunca bajan por ello.

Muchas gracias bebé. — Shotaro jugó con sus deditos, apenas notándose por las mangas largas de su suéter. — Ven, sietate aquí.

El menor palmeó sus muslos, viendo como su novio no tardó en sentarse encima suyo, abrazandolo por el cuello y con ambas piernas a los lados colgando. El coreano pasó sus manos por la cintura de su novio, acariciando estas antes de dejar un beso en su mejilla.

¿E-estás muy ocupadito, amo?

Sungchan negó, aún sabiendo que tenía que terminar mínimo dos páginas más, pero siempre tenía tiempo para su bebé.

No, cariño, ¿Por qué? ¿Quieres algo de tu amo?

Shotaro se separó, dejando sus manos reposando en el pecho de Sungchan, formando un tierno puchero con sus labios.

Solo quiero atención.

Sungchan rió bajo, pellizcando con suavidad una de sus mejillas.

Siempre tienes mi atención, cariño, siempre, ¿cómo no darle atención a la luz de mi vida?

Las mejillas de Shotaro se decoraron con un tono rojizo, algo avergonzado, incluso apartando la mirada.

— ¿Lo s-soy?

Sungchan acarició la cintura del mayor, soltando un suave sonido de afirmación.

Sí, lo eres. Eres mi luz, Shotaro, la mayor luz en mi vida.

El nombrado sonrió tímido antes de poner sus manitos en las mejillas de su amo para dejar un pequeño beso en sus labios, exagerando el sonido al separarse, viéndose tierno, otra vez, ante los ojos de Sungchan.

Él definitivamente podría estar toda su vida mirando a su radiante bebé.














ññññ espero que les guste :(.

KTTYJEN0

be my baby || SUNGTAROWhere stories live. Discover now