c a p í t u l o 13

Zacznij od początku
                                    

Al parecer no eran tan diferentes como aseguraban serlo.

— Es una chica, idiota, vestida como un chico. ¿Por qué? —cuestionó el Lannister.

Gianna puso más atención.
No había muchas chicas que gustaran de vestir como un chico, aunque bien podía asegurar que existían más de lo que esperaba, hasta ahora sólo había conocido una.
Entonces se giró con la esperanza de estar equivocada, pero su intuición siempre había sido bastante buena.

Arya Stark había visto a la princesa desde el primer segundo en que cruzó la puerta detrás de su abuelo. Sólo que esta vez llevaba un vestido bastante sencillo a comparación de los que la había visto usar en la capital y su cabello estaba recogido casi en su totalidad. Tywin Lannister ignoraba su identidad por completo, así que esa era su ventaja. Pero Gianna Baratheon sabía perfectamente quien era y si no estaba al tanto de lo sucedido en Desembarco, bien podría dejarla al descubierto fácilmente.

— Es más seguro para viajar, mi señor. —respondió Arya, sus ojos se movían de un lado a otro con nerviosismo. Miraba al imponente hombre frente a ella y a la princesa a unos pasos detrás.

— Inteligente. —reconoció Tywin, dándole una mala mirada al soldado— Más de lo que puedo decir de este idiota. Pongan a estos prisioneros a trabajar y traigan a la chica. Necesito un sirviente nuevo.

Los ojos de Gianna y Arya se volvieron a encontrar.

La princesa no era tonta, era bastante perspicaz como para poder presumir de ello y ponía mucha atención a los detalles. Arya Stark no estaba ahí ocultando su identidad por casualidad, la muerte de su padre la había orillado a eso y si ella la entregaba era muy probable que la asesinaran. O no. A estas alturas ya no podía saberlo.

Ambas siguieron al viejo león sin pronunciar alguna palabra. No sabían que decir, y más que nada, no podían iniciar una conversación propia hasta tener más privacidad.

— Gianna, ve a tu habitación. —dijo si abuelo deteniéndose, unos cuantos hombres se le unieron. Luego miró a Arya— Tú espera aquí hasta que te llame.

Ella asintió como debería hacerlo un sirviente, tampoco estaba acostumbrada a ese trato. Aunque no pudo evitar sonreír al pensar que Sansa tendría más problemas en actuar como la servidumbre.

— Arya, ¿qué estás haciendo aquí? —preguntó la joven de cabellos dorados luego de asegurarse de que nadie estaba cerca para escucharlas.

Arya se alejó como si su tacto la quemara y apartó su mano con brusquedad.

— ¡No me toques! —dijo con dureza pero sin llegar a gritar— Todos ustedes son iguales. Son unos monstruos, una basura. ¡Son lo peor de este mundo! Los mataré. A todos ustedes. ¡A todos, ¿oíste?!

Gianna lejos de molestarse o sentirse mal, cruzó los brazos y espero a que la niña dejará de despotricar en su contra. Si la interrumpía podía alterarse más y entonces todos descubrirían la verdad.

Arya finalmente guardó silencio, como si hubiese leído la mente de la princesa.

— Arya, se lo qué pasó...

— ¡Deberías!

— Puedes gritarme por horas si eso te hace sentir mejor, pero yo no estaba ahí cuando mataron a tu padre. — confrontó Gianna mostrando un poco más de carácter— Yo estaba en camino a casarme con tu hermano, ¿recuerdas? ¿Crees que ellos me hubiesen tratado diferente? En el mejor de los escenarios estaría en una celda ahora. Tu familia tiene prisionero a mi tío Jaime y no por eso te estoy amenazando.

Arya entonces se relajó, su frente dejó de estar arrugada y su mandíbula se suavizó. Gianna Baratheon siempre había sido muy agradable con ella y Sansa, con toda su familia en realidad, en cambio ella le gritó en cuanto tuvo la oportunidad.

— Quedarme aquí no era parte del plan. —murmuró Arya, jugueteando con sus dedos— Sólo quería llegar a casa.

No tenía ánimos de preguntar como habían pasado las cosas, cómo había terminado en Harrenhal vestida como un niño. Además no tenían mucho tiempo, eso se lo explicaría más tarde.

— Ninguna de las dos esperaba terminar aquí. —dijo Gianna, casi en un susurro.

Arya tampoco pregunto mucho. Era consciente de que Tywin Lannister podía aparecer por esa puerta en cualquier momento.

— Bueno. —Gianna decidió cambiar de tema, tomando aire y dejándolo salir en un largo suspiro— Mi abuelo está del otro lado de la puerta, el castillo está repleto de soldados, uno peor que el otro. No tienes muchas opciones, Arya.

La pequeña Stark la miró con los ojos bien abiertos y sus labios separados. Estaba asustada ante la posibilidad de lo que Gianna estuviera dispuesta a hacer.

— ¿Me vas a entregar?

La joven Baratheon entonces se vio acorralada, tenía dos opciones y es como si ambas fueran una daga que amenazaba su cuello. Bien podía irrumpir en el salón en el que se encontraba su abuelo y contarle todo acerca de la chiquilla, en una guerra cualquier ventaja era de suma importancia. O bien, podía callar, protegerla mintiéndole al gran Tywin Lannister y dejar que Robb Stark siguiera dos pasos al frente de ellos. 

LA MALDICIÓN DE UN PECADO ⚜️ HOUSE LANNISTEROpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz