CAPITULO 9| RUMORES

8.1K 389 45
                                    

-Lo mejor será que no sepas nada.

- CASI ME MATAN!!! TU MAMÁ MURIÓ A MI LADO, NECESITO SABER-- grité aterrorizada

- Son enemigos de mi padres ¿Ok? Cuando huiste pensábamos que se trataba de una venganza de parte de ellos pero cuando apareciste nos dimos cuenta que no. Mi padre quedó tranquilo pero luego vino lo de mi mamá.

- Ella estaba amenazada?

- No! Nadie estaba amenazado. Yo ya no quiero que te preocupes ¿Ok?

- Cómo no me voy a preocupar. Pude haber muerto yo

- Pero no estás muerta-- se acercó a mí-- estas aquí conmigo y tengo la mejor seguridad contratada para ti. No te va a pasar nada.

-¿por qué tu padre tiene enemigos?

- Martha, ya quiero que dejes de preocuparte por eso. Quiero que descanses.

Insistió y ya no pregunté más.

***
A la mañana siguiente mi boca estaba más que seca y necesitaba agua, ya sentía estar mareada y débil otra vez. Al abrir mis ojos, vi que Michael había dormido en el sofá en su cara se notaba cansancio.

Se despertó y empezó a mover su cuello.

-¿por qué no vas a casa a descansar?-- dije

- No! Estoy bien ¿cómo estás tú?

- Mal! Porque te veo cansado. Debes ir a casa a dormir sobre tu cama, comer, bañarte.

- No te voy a dejar sola

- Michael no quedaré sola. Contrataste guardias ¿no es así? Ellos cuidarán de mi -- dije e ignoró mis palabras.

De repente entró una enfermera con una taza de té que era para mi.

-Por fin-- dije y ésa fue el té más delicioso que había probado en la vida. Tenía que beberlo con cuidado y Michael me ayudaba.

Tuve que sentarme y pararme para dar unos cuantos pasos dentro de la habitación por recomendación médica. Qué difícil fue! Pero Michael estuvo ahí, sosteniendo mi mano, tomando mi ropa de hospital para que no se cayera o no se viera más de la cuenta.

- Estoy fea-- dije cuando estábamos sólos y él frunció el ceño.-- Jamás me dirás que sí Pero yo lo sé bien. Estoy fea. Mi ojo ya no está hinchado pero sigue morado.

- No digas tonterías. Estás viva y éso es un milagro. Si quedaste o no con el ojo morado, debería ser lo que menos importe.

-¿y a ti? ¿te importa?-- pregunté y en seguida le llamaron

- Hola!....sí....hazlos pasar.-- colgó-- son tus padres.-- dijo y entraron.

Me puse a llorar al verlos llorar también. De habían preocupado tanto. Mamá entró con ayuda de un bastón.

- Mamá! ¿ya no te duele caminar?

- No hija. Las terapias me están ayudando

-¿las tera....-- iba a preguntar absurdamente pero era obvio que las había pagado Michael. Lo amo!

Entró al instante la enfermera a llevarse la taza de té vacía.

- Hay que asear su cuerpo con palitos húmedos.-- dijo y dejó sobre una mesita un paquete de ellos.

Miré a Michael porque sabía que sería él quien me tendría que ayudar.

- Nosotros vamos a esperar afuera-- dijo mi papá y fue algo incómodo.

Contrato de AMOR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora