I

658 50 23
                                    

¡Muchas gracias a la gente que deja comentarios y sigue la historia!

Disclaimer: The PowerPuff Girls o cualquier personaje de esta historia no son de mi propiedad.

I

Los viajes siempre eran agotadores, este probablemente no era la excepción. Las manecillas del reloj en mi muñeca eran casi tan audibles como el sonido del tren corriendo por las vías. Tic tac, tic tac... todo era silencio, y creía saber que es lo que pasaba por la mente de mis hermanos para estar tan callados y apesadumbrados.

Suspiré, en realidad llevaba todo el día suspirando y es que, en verdad, hasta yo me encontraba algo nervioso, era la primera vez en años que volveríamos a aquella asquerosa ciudad que nos repudiaba y pues, en otras circunstancias hasta estaría encantado de llegar cuanto antes para prenderle fuego a todo, pero, ahora mismo... solo esperaba que la suerte estuviera de nuestra parte.

La noche se asomaba por la ventana de nuestro vagón, hoy había sido el mejor cumpleaños de nuestras vidas y quizá eso sea algo bastante triste, pero para nosotros, significaba la liberación. Miré en frente mío, mis hermanos ya estaban dormidos, agotados por el viaje tan aburrido, yo por mi parte, no podía dormir, no quería despertar y ver que todo seguía igual que siempre, mas bien prefería seguir pensando en todo lo que nos esperaba y en cómo íbamos a vivir con apenas unos cuantos dólares en nuestros bolsillos.

El peso de todo caía sobre mi espalda. Yo los iba a cuidar, nos íbamos a cuidar entre los tres y saldremos adelante, cumpliremos nuestro objetivo y ninguna chica superheroína de mierda iba a poder con nosotros. Nunca más.

...

—Está bien, tomad esto.

Una vez que el tren nos dejó en la estación cerca de la ciudad de Townsville, vi la oportunidad de buscar lo que, ahora mismo, sería lo más esencial.

—¿¡Qué!? ¿De dónde has sacado esto? ¿Y por qué nos las das? —mi hermano rubio dio un paso para atrás tomando con torpeza entre sus manos el pesado objeto.

—No seas idiota, Boomer, ¿creíais que nos íbamos a ir de allí con las manos vacías? Claro que no.

—Ya claro... ¿pero pistolas? —Butch hizo una mueca extraña observando de cerca el arma.

—Sí, me parece que es la mejor arma para defendernos... no me digas que te da miedo usarla, Butchy. —jugué un poco con él. Ante esto el la agarró con fuerza y me apuntó.

—¡Estarás de broma! ¡Me flipa!

—Ya, ya... pero baja eso y ponle el seguro, no quiero que empecéis a jugar con ellas como si fuerais niños y alguno de nosotros acabemos en la tumba. —le dije apartando la mira de mí. Pensándolo mejor... no se si había sido la mejor idea del mundo dejar unas armas tan peligrosas en sus manos.

—No estoy muy seguro, Brick...

—Boomer, cállate. Además, es totalmente legal. —rodé los ojos y comencé a caminar con una sola idea en mente.

—¡Espera! —ambos me siguieron y preguntaron. —¿A dónde vamos?

—¿No es obvio? Vamos a nuestra casa.

—¿Casa?

Sonreí de lado, matar animales no era exactamente mi hobby -aunque ni siquiera se si eso se podía considerar un animal- pero, en estas circunstancias, podría acabar hasta con el perrito más adorable si hiciera falta.

Condenados por el PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora