Capítulo cuarenta y cinco: Ma-Alicia✓

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Me iba con Emilia.

Siempre me lo recuerda.

—No comiences con eso, MA licia— le contesto, haciendo énfasis en la letra M. — El hecho que me levante hace un año preguntando por la persona que por poco arruina mi vida, no significa que puedes coger y hacer recuerdo de todo. No había acomodado mis ideas, con terapia lo conseguí. — Resoplo y pongo mi cara de indignado— Claro que iré al lanzamiento que vas a tener. No me tienes que enviar nada, Lo hago porque te aprecio por sobre todas las cosas. A las personas les toca algunas veces cometer errores para aprender y espero que también ese mensaje este en tu cabeza. Espero estén muy bien, Regreso en varios días. ¿Quieres que vayamos a comprar lo último que te hace falta? Me encantan esas cosas, Ya hice una lista anoche en el hotel sobre la nueva colección de muebles para arreglar la habitación.—Todo rosado y de princesas. la heredera de los ortega va a nacer.— Yo me ofrezco como tributo para pintarla—bromeo— He visto colores tendencia e imágenes que podría poner.

Y es verdad, he visto colores pasteles, he preguntando a los encargados de la tienda de pintura sobre como combinar los mismos creando un ambiente de paz que le permita dormir tranquila por las noches.

—Que bueno.— me responde y sé que no le interesa—¿Puedes enviármela a mi correo? Haré que Jaime vaya a comprarlos. No te preocupes por la pintura. es algo que puedo resolver. Mi madre me mando algunos nombres de empresas que se dedican a eso.

No entiendo porque nunca deja que la ayude.

Siempre me hace recuerdo de mis pecados.

—No. no, claro que no.— me acomodo los lentes, ofendido ante su rechazo— Podemos ir o bueno sino te sientes bien, puedo ir yo mismo. Me encanta cuando las vendedoras se me acercan con ojos llenos de corazones como caricatura pensando que soy el mejor hombre de todos.

Y es verdad, pero me gusta más la sensación de crear un ambiente para alguien que todavía no viene a este mundo y ya una parte de ti le pertenece.

—Pero no lo eres.— me contesta con su voz marcada por la rabia.

—No lo soy, es verdad.— De nada vale seguirle el juego.

Tengo que mantenerla tranquila, así me saque de casillas.

—¿Qué es lo que quieres entonces?

—Llego el Viernes. Te paso recogiendo, nos vamos a comer  todas esas cosas que he visto por tus fotos de instagram que vives comiendo. Es sorprendente que tu cuerpo se mantenga super bien. Bien invertido mis dolares en esos años.— me siento orgulloso de la broma idiota que sale de mi voz porque es lo que se me ocurre para evitar que siga con sus indirectas.

—Cállate, Idiota. — escucharla me hace reír. —también me alimento saludablemente.

Es verdad, Hace poco compre el catalogo de su negocio en donde posaba con las prendas que diseño para embarazadas, se la veía grandiosa.

Recordarlo me hace reír todavía más

—Espero estés muy bien Alicia, no olvides que cuentas conmigo en todo el proceso. Estoy ahi y siempre me va a encantar estarlo. Desde que me entere me he suscrito a paginas. No sabia hasta ese entonces que tenia un espíritu tan blanco y limpio.  Te aviso cuando llegue. No quiero que me vuelvas a dejar afuera de tu departamento esperando por ti.

—Como quieras.

—Te mando un abrazo, cuídate mucho.— le cuelgo y vuelve aparecer en mi teléfono la imagen del ultrasonido.

—Bien, pequeña Martina. Así tú madre no quiera verme, siempre me tendrás.

y regreso a la conferencia.

Infidelidad © (Amores egoístas #1)Where stories live. Discover now