Anfibología

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 -El cerdo del niño lo arruinó todo, pudimos haber salido de ahí pero tenía que meter la nariz en los asuntos de los demás -se quejaba el chico con el que había accedido hacer este trabajo.

Se lo encontró ese día en la mañana, pero no porque quisiera, él la había interceptado en la esquina aparentemente sabiendo todo de ella y aún así tuvo el descaro de proponerle un trato, aunque sonó más como una amenaza y ahora estaban trabajando juntos.

-¿No se supone que el ricachón tenía que estar ahí? Por lo que he escuchado de ti, eres mu cuidadosa al hacer este tipo de tratos, ¿cómo es que este te pudo salir mal?

-Cállate, ¿quieres? Tuve que ir al hipódromo y después al zoológico y me dejaron un recado con el de seguridad, tal vez confundieron los papales -replicó ella molesta por ser reprendida por el chico. Nunca le gustaba cuando lo hacían, ni siquiera de su jefe.

-Como sea, tuvimos que haber sido más cuidadosos, estuvimos a punto involucrar a inocentes, pudieron haber llamado a la policía ...

-Pero no lo hicieron, déjalo ya -sus pasos se apresuraron tratando de alejarse del lugar.

 Estirando la mano para tomar un taxi volteó a ver al chico y le dijo:

-Tengo una pistola y una navaja, te lo presto si lo necesitas.

Riendo, él se subió detrás de ella y cerró la puerta.

-Eres como los cuentos de niños de suspenso -dijo y ella lo miró con una cara de confusión.

-¿Quét?

-Nada, nada. El perro de Luis tiene que estar esperándonos, tenemos que llevar comida.

-Espera, ¿cómo sabes de Luis? Nunca antes te había visto y ahora vienes y dices eso. ¿Quién eres?

 Él le dio una sonrisa burlona, ​​le guiñó el ojo y dijo:

-Ya lo verás.

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⏰ Cập nhật Lần cuối: Nov 27, 2020 ⏰

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