Ahora que lo decía en voz alta, era un poco más alarmante. En los días que se conocieron y comenzaron a estar juntos, Jimin no alejaba las manos de su cuerpo, siempre se mantenía junto a él, diciendo comentarios fuera de lugar, mimándolo y llenándolo de cursilerias, pero ahora... YoonGi no recuerda la última vez que se dijeron "te amo".

—¿Crees que Jiminnie ya se aburrió de mí? —preguntó alterado y con miedo en sus ojos. No podía vivir sin su Jiminnie

—Esto está peor de lo que pensé —TaeHyung infló sus mejillas y se levantó—. Tendrás que hablarlo con él. JungKook y yo nos llevaremos a los gemelos por dos días, dormirán con mi cachorro y estaremos siempre al pendiente de ellos.

—Pero-

—Nada de peros, Yoon. No quiero ver como tu matrimonio se destruye poco a poco sin que ustedes se den cuenta. Tienen que arreglar las cosas ahora que están a tiempo, de lo contrario, terminarán sufriendo y haciéndole más daño a sus cachorros. No quiero que termines con un lazo roto, Yoonie.

YoonGi se paró y corrió a darle un fuerte abrazo a su amigo. No sabía qué haría sin su TaeTae. JungKook y él habían sido los únicos que los apoyaron totalmente cuando los gemelos nacieron, siempre estuvieron para ellos a pesar de que fueran igual de inexpertos en el ámbito como ellos.

TaeHyung salió de la cocina dándole una última sonrisa de ánimos y se fue. YoonGi se quedó por alrededor de cinco minutos parado, dándole la espalda a la puerta. No tenía claro lo que debía de hacer, ¿y si Jimin ya no lo quería? ¿Si ya se aburrió de él? Él no era tan valiente como HoSeok, quien soportó dos lazos rotos. No. YoonGi seguramente se dejaría ir ante tantas emociones negativas.

Tan sumido en sus pensamientos estaba, que no reparo en la presencia de cierto alfa en el lugar, no hasta que unos fuertes brazos lo apresaron desde atrás, tomándolo de la cintura y hundiendo la nariz en la parte trasera de su cuello.

—B-bebé.

YoonGi sollozó ante el mote con el que fue llamado, hace tiempo que Jimin no lo llamaba de esa forma.

—Jiminnie... lo siento.

Jimin apretó su agarre.

—No lo hagas, no tienes la culpa de nada. El único que tiene que pedirte disculpas de rodillas, soy yo. Lamento haberte dejado solo con dos cachorros desde el principio, pero yo solo quería ganar dinero por mi propia cuenta para que no le faltara nada a ninguno.

—Lo sé, Minnie, y lo lograste, mientras que yo...

—Mientras que tú te hiciste cargo de dos niños sin tener experiencia alguna, dejaste tus estudios, tus sueños, solo para encerrarte en una casa y cuidar de dos bebés... nuestros bebés.

—¿Somos malos padres? —cuestionó, girándose y quedando frente a frente con su alfa.

Ambos tenían los ojos hinchados, producto de sus lágrimas.

—No, no somos malos padres. Tontos, tal vez, pero no malos —rió sin gracia.

—A pesar de todo... no me arrepiento, me siento bien con nuestros hijos, todo se hizo un poco más fácil por cuidarlos con amor, y no por obligación.

—Yo tampoco me arrepiento y, ¿sabes de que otra cosa no me arrepiento? —Jimin lo miró directamente a los ojos, con tanto anhelo y cariño, que YoonGi no pudo desconfiar del amor que parecía que Jimin aún sentía por el.

—¿De qué? —preguntó, enrollando sus brazos en el cuello del alfa.

—De haberte conocido.

Sin preguntar, Jimin junto sus labios con los del omega, iniciando un beso dulce y delicado, pero que también recordaba cuanto lo había estado esperando. El ritmo se mantuvo así, los labios juntándose suave en un movimiento que desesperaba por querer un poco más, la dulzura y la pasión estaban presente, y sus manos no evitaron que comenzaran pequeñas caricias por la espalda del mayor, sacándole suspiros cada vez que bajaba hasta el comienzo de su trasero, para después volver a subir lentamente hasta tocar su cuello.

YoonGi llevó sus manos al cabello teñido recientemente del menor, y comenzar a dejar caricias en él, revolviéndolo a su antojo.

Después de unos segundos, Jimin separó sus labios.

—No sabes cuanto te he extrañado, bebé —susurró sobre los hinchados y rojizos belfos del castaño.

Esta vez, Jimin arremetió contra el apetecible cuello de su omega, dejando un par de sugilaciones en éste, a las misma vez sintiéndose orgulloso por marcar de esa forma a su chico.

—Minnie... —Susurró en un gemido ahogado cuando sintió las manos de su alfa apresando y amasando su trasero.

—Shhh.

—A-alfa...

Jimin gruñó y le dio vuelta, para luego abrazarlo desde atrás y restregarse en el omega, sacándole un par de gemidos al castaño.

—¿Hace cuanto que no renovamos la marca? —preguntó, lamiendo la oreja del omega-. Se ve muy opaca, no me gusta, Yoon.

—Ha-hace mucho —contestó a duras penas el omega, sus sentidos no estaban bien, lo único en lo que podía pensar era en lo que se apegaba a su trasero—, pe-pero JungKook, Ta-TaeHyung...

—JungKook y TaeHyung ya se fueron, Yoonie. Entonces...

—Entonces hay que sacarle brillo a esta marca —rió, sintiendo el calor recorrer su cuerpo.

Jimin también rió divertido y le volvió a dar vuelta, abriendo sus brazos para apresar al omega y alzarlo, haciendo que YoonGi enrollara sus hermosas piernas en su cadera.

—Pero antes, déjame decirte algo.

—¿Qué? —preguntó curioso.

Que te amo, Jeon YoonGi.

Jimin atacó sus labios nuevamente, siendo más salvaje en esta ocasión, pero también haciendo una promesa silenciosa.

Desde ese momento, todo cambiaría a mejor, él se encargaría de ello. Porque él amaba a YoonGi y a sus cachorros, y también sabía que YoonGi los amaba a ellos. Los obstáculos en su camino no estropearian su futuro con el hombre al que amaba. Ahora tenía una pequeña familia por la que velar y cuidar, una hermosa familia a la que Jimin amaba más que a nada.

(🐥❤️🐱)

un omega de mentira | kooktaeWhere stories live. Discover now