Cuando era pequeño deseaba ser como él, tener un trabajo de diseño y vivir la vida con esa libertad que solo él tenía. Pero cuando se hizo adolescente veía cómo su mamá sufría por su causa, las mujeres no dejaron de rodearlo aun siendo un señor, Baoshan envejecía y Han parecía ponerse mejor con los años.

En la noche Han compró una pizza gigante para comerla con su hijo, pero estaba que hablaba y hablaba con alguien por teléfono y al final le permitió verle.

—Hijo, va a venir una amiga... —Xiao Zhan frunció el ceño—. Trabaja conmigo en la empresa y quiero presentártela.

—Bueno. —Se hizo al desinteresado.

Minutos más tarde una bella mujer entraba a la casa, tenía un gran escote y mostraba su bella figura por su ropa ceñida, tenía el cabello liso y negro, era hermosa y joven, treintañera quizá. Parecía muy cariñosa con Han y eso Xiao Zhan lo notaba a leguas.

—Te presento a mi hijo Xiao Zhan.

—Pero qué chico más guapo. Hola, soy Mei. —Xiao Zhan hizo una mueca con sus labios, de todas formas, su papá no cambiaba y claro, ahora que había salido el divorcio con más libertad podía traer a casa mujeres.

Esa noche la pasó muy incómodo, la chica coqueteaba con ambos y su padre quería que Xiao Zhan también lo hiciera, incluso sacó cervezas para que así pudiera entrar en calor. Mientras la chica estaba en el baño, Han le codeó.

—Ella es agradable, ¿no crees? Y le gustas... Si quieres puedes... ya sabes.

—¡Papá! —contestó rojo de vergüenza.

—Ya eres todo un hombre hijo, estoy seguro que a Mei no le importará la edad. —Xiao Zhan se ofuscó un poco.

—¿Te acostaste con ella antes? —Han bajó la cabeza.

—Ella es buena.

—No deseo nada, iré a dormir. —Se puso en pie.

—Xiao Zhan —Tomó su brazo—. Somos hombres.

—Sí, pero yo no soy como tú.

Al encerrarse en su cuarto todo le pareció tan bizarro al ver a su papá coqueteando y alardeando de sus gustos, cosa que no pasó desapercibido esa comparación con Yibo... Era extraño encontrarle una similitud con su papá, pero era eso en lo que pensaba, se parecían los dos y mucho.

El domingo fue lo mismo. Salidas a lugares divertidos, ver una carrera de autos y luego comer en la calle, todo bien hasta que entraban llamadas de "amigas" y él las invitaba a pasar un buen rato.

En la noche se despidió de Han con un abrazo y recibió de él un sobre con dinero. Esa visita solo le demostró lo diferente que era de su padre.


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Lunes de estudio y trabajo. Dilraba lo halagó por la ropa nueva, se veía muy guapo vestido como casi una estrella del rock.

Luego fue al trabajo y llevaba en manos un bolso con el pequeño conejito. No lo había olvidado.

—¡Sí! —Gritó Jin y corrió a abrazar a Xiao Zhan—. Al fin vienes, me mandaron con mi abuela el sábado y no me gusta. —Xiao Zhan rió.

—Lo siento, me mandaron con mi papá y no me gustó mucho.

—Ven, entremos. —Lo jaló dentro de la casa.

Carman iba de salida, pero evitó acercarse a Xiao Zhan porque tenía en manos al pequeño conejito.

—Te dejo la lista aquí —la puso sobre la mesa—. Y evita dejar que ese animal entre a la casa.

BABYSITTERWhere stories live. Discover now