1-Para mi alegría.

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Escribo esto a mi buen compañero de risas, aquel con quien sonreí y compartí las sonrisas que me provocaba su compañía.

Eras distinguido a la hora de hacerte notar, cuando yo menos lo esperaba aparecias dándome motivos para las carcajadas; es increíble cuán importante fuiste en mi larga vida, pero debo agradecerte por tanto gozo y disfrute que me regalaste.

Si te pudiese retribuir tanta mueca graciosa y tanto delirio, delirio que me contagiaste por tus ocurrencias e idioteces. Aunque me declaro cómplice en dichos actos, puesto que sin mí ninguno de ellos se hubiera concretado.

Quedé maravillado cuando las personas me relataban bromas a modo de gracia, y me provocabas una risa estruendosa y esporádica que asustaría a cualquiera que no me conociese.

Mirando imágenes de alarde humorístico sucedía lo mismo, realmente me siento feliz de haberte tenido a mi lado en mis mejores momentos.

Si bien hubo ratos de angustia, tú más que nadie sabía con que sacarme del agujero entristecido al que me arrojaban, lanzaste una cuerda de alivio a la cual me aferré cuanto pude; y habiéndome sacado me diste alientos del buen pensar. Si alguien merece tantos halagos ese serías tú.

Importaba poco cuán terrible fuera mi jornada, porque con la brocha bienaventurada pintabas una sonrisa curva en el lienzo de mi rostro lleno de blanco permanente.

Recuerdo esos días grises lleno de tempestades, azotaba un frío pesimista y agrio.
Pero tú mejor que nadie supo alejar las calamidades, calentar ese ambiente tenso y endulzar a tu buen modo.

Tanto que me brindaste, y aún así jamás te cansaste ni aburriste de extenderme tu mano humildemente. Brillando como farol que mi caminar guiaba, en aquel camino atiborrado en neblina espesa.
Aquella neblina detestable y nefasta, a la cual repudió tanto; diré también que el causante de ella es otro de mis buenos acompañantes, pero ninguno como tú.

Cuando una melodía empalagosa tocaba mis oídos de manera suave y tranquilizadora, eras el primero en entusiasmarse con dichas notas; secundado por mí y lo pegajoso de esa melodía se tornaba en nuestras canciones favoritas.

Por protegerme como escudo endeble e impenetrable, de esas flechas cargadas con ponzoña y envenenadas. Siendo la armadura de buen temple que de tanto agravio me protegió.

Inclusive con los alimentos que degustaba por su gran exquisitez, que al tocar mi paladar sentía cosquilleo en mi sentido del gusto; como si todo lo que probé fueran hojuelas con miel llenas un sabor inmensamente divino y digno del deleite para cualquier ser celestial.

Tanto que me diste a cambio de nada, fuiste el mejor acompañante que cualquier humano pudiera desear; y aunque tus hermanos no fueron tan apacibles como tú, he de felicitarte por lo encantador que fuiste con alguien como yo. No tengo de más palabras para agradecerte, pero ten presente que si algún humano carece de tu presencia, seas justo y se la concedas para darle todos esos gozos que mencioné.
Me despido de ti y espero volvamos a convivir juntos como solíamos hacerlo en mejores tiempos.

Firma: Tu amigo del alma y fiel compañero.

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Les saludo queridos míos, si les gustó esta parte les recomiendo leer la siguiente. No olviden votar y dejarme comentarios para saber como lo hago. ^w^

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