4. Gilderoy Lockhart.

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Pero Alessia sólo sonrió inocentemente.

── ¡Errol! ── dijo Ron, sacando por las patas a la empapada lechuza. Errol se desplomó, sin sentido, sobre la mesa, con las patas hacia arriba y un sobre rojo y mojado en el pico.

» ¡No...! ── exclamó Ron.

La oji-azul al escucharlo levantó la vista y al notar la carta que llevaba miró con miedo a Ron, también había recibido una howler.

── No te preocupes, no está muerto ── dijo Hermione, tocando a Errol con la punta del dedo.

── No es por eso... sino por esto.

Ron señalaba el sobre rojo. A Harry y a Hermione no les parecía que tuviera nada particular, pero Ron, Alessia y Neville lo miraban como si pudiera estalla en cualquier momento.

── ¿Qué pasa? ── preguntó Harry confundido.

── Me han enviado una howler ── dijo Ron con un hilo de voz.

── Será mejor que lo abras, Ron ── dijo Neville, en un tímido susurro ──. Si no lo hicieras, sería peor. Mi abuela una vez me envió uno, pero no lo abrí y...── tragó saliva ── fue horrible.

Harry contempló los rostros aterrorizados y luego el sobre rojo.

── ¿Qué es un howler? ── dijo.

── Ya lo verás ── le susurró Alessia.

Ron fijaba toda su atención en la carta, que había empezado a humear por las esquinas.

── Ábrela ── urgió Neville ──. Será cuestión de unos minutos.

Ron alargó una mano temblorosa, le quitó a Errol el sobre del pico con mucho cuidado y lo abrió.

──... ROBAR EL COCHE, NO ME HABRÍA EXTRAÑADO QUE TE EXPULSARAN; ESPERA A QUE TE AGARRE, SUPONGO QUE NO TE HAS PARADO A PENSAR LO QUE SUFRIMOS TU PADRE Y YO CUANDO VIMOS QUE EL COCHE NO ESTABA...

Los gritos de la señora Weasley, cien veces más fuertes de lo normal, hacían tintinear los platos y las cucharas en la mesa y reverberaban en los muros de piedra de manera ensordecedora. En el salón, la gente se volvía hacia todos lados para ver quién era el que había recibido el howler, y Ron se encogió tanto en el asiento que sólo se le podía ver la frente colorada.

──... ESTA NOCHE LA CARTA DE DUMBLEDORE, CREÍ QUE TU PADRE SE MORÍA DE LA VERGÜENZA, NO TE HEMOS CRIADO PARA QUE TE COMPORTES ASÍ, HARRY, ALESSIA Y TÚ SE PODÍAN HABER MATADO...

Alessia bajó la mirada.

──... COMPLETAMENTE DISGUSTADO, EN EL TRABAJO DE TU PADRE ESTÁN HACIENDO INDAGACIONES, TODO POR CULPA TUYA, Y SI VUELVES A HACER OTRA, POR PEQUEÑA QUE SEA, TE SACAREMOS DEL COLEGIO.

Se hizo silencio en el que resonaban aún las palabras de la carta. El sobre rojo, que había caído en el suelo, ardió y se convirtió en cenizas. Harry, Alessia y Ron se quedaron aturdidos. Algunos se rieron y, poco a poco, el habitual alboroto retornó al salón.

── Eso ── dijo Alessia hacia Harry, mientras señalaba las cenizas de la carta ── es una howler.

Hermione cerró el libro Viajes con los vampiros y miró a Ron, que seguía encogido.

── Bueno, no sé lo que esperabas, Ron, pero tú...

── No digas que me lo merezco ── atajó Ron.

Harry apartó su plato de avena. Alessia entendía como se sentía, el sentimiento de culpabilidad los invadía.

La pelirroja tomó la mano de Harry por debajo de la mesa y le dio un apretón. Harry volteó a verla, y ella le regaló una pequeña sonrisa.

²Alessia y la Cámara de los SecretosWhere stories live. Discover now