Capítulo 13: La telaraña

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Respiré una vez más, bebí un poco de agua y continúe con mi caminó. Regresar hasta la ferretería, se había vuelto un trayecto tedioso y cansado. ¡Maldita sea, ni siquiera podía correr algo! Me estaba doliendo todo y me detuve en la misma parada de autobuses, de regreso y apoyé las manos en las rodillas y respiré. Me estaba doliendo el pecho, eché la cabeza para atrás y volví a respirar.

— ¡Dios! — gemí y me puse en marcha

Cuando regresé a la ferretería, mi padre me estaba esperando con los muchachos, con el Jeep Cherokee y llegué casi muerta. También, no me sorprendió ver que Ethan no estaba. Ahora sabíamos que no debíamos preocuparnos mucho por él. Fruncí el ceño, cuando noté a Will reírse por el aspecto que tenía. Chad me dio unas palmaditas en la espalda y papá pasó su mano por mi cabello, suspiré mientras papá y Chad cerraban la tienda y noté con interés que Will tenía las llaves, haciéndolas girar.

— ¿Tú vas a conducir hoy?

Will me guiñó el ojo, sacándome la lengua.

— ¡Por supuesto que sí, nena! — repuso con emoción. — ¿Quieres ir conmigo adelante?

No lo pensé dos veces, y abrí la puerta de adelante. Sentía las piernas cómo gelatina y también, algunos calambres. Respiré y Will se estaba poniendo en el asiento del conductor. Mientras esperamos a papá y Chad, nos colocamos los cinturones de seguridad y Will encendía la radio.

— ¿Estás bien? — me preguntó Will

Lo miré e hice una mueca.

—Cansada pero bien, William— contesté y levanté el pulgar

Will se rió.

—Te dije que estabas engordando— murmuró Will, mientras encendía la camioneta

Lo golpeé en el costado y murmuré:

—Perro estúpido

Will solté un quejido, en eso Chad y papá regresaron y nos fuimos a la casa. Will no conducía nada mal, pero iba rápido. Cuando llegamos a la casa, no vi la motocicleta de Lucas ni tampoco la Ford Explorer, significaba que Joel ni Zack tampoco estaban. ¿Y dónde podrían estar?, entonces pensé. Para Lucas esa respuesta era fácil: Madison. Pero no para Joel ni Zack, y entonces, ¿dónde estaban? A Michael no parecía importarle pero aun así papá los llamó a sus celulares, después de que Lucas y Joel no contestaron, Zack respondió. Papá caminaba por la sala con el celular en la mano, Will estaba sentado en la mesa de la cocina ojeaba interesado algunas revistas de moda —mis revistas—, mientras que Chad y yo nos ocupábamos de hacer la cena, pero también mirábamos a papá.

Michael suspiraba y se quejó con los chicos, por no contestar sus celulares. Hizo una mueca y resopló. Me reí mirándolo, suspiró y lo escuché preguntar, "¿se van a quedar a dormir?". Después maldijo y hasta parecía que iba reclamarles algo más hasta que se quedó callado un momento, saludo a alguien con amabilidad e hizo una sonrisa torcida. Pero entonces, se puso tieso, asintió dos veces, se despidió y colgó el celular. Chad, Will y yo nos quedamos mirando a papá, parado en la sala de estar y levantó la vista de su celular.

—Hoy se van a dormir en casa de Cleo— informó Michael, con tono cansado y sentó en un sillón.

— ¿Por qué? — preguntó Will

Michael suspiró, empezó a mover las manos con ansiedad.

—Cleo y Sofía viajan a Nueva York esta noche, y de ahí se van a Inglaterra. Al parecer, el abuelo de las chicas les envió un mensaje de suma urgencia, hoy por correo electrónico y al parecer les pidieron ir a Londres, de inmediato— repuso mi papá, con preocupación

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