Serie Las Dos Caras de la Luna: Libro III
"Nadie es dueño de tu vida. Tú decides quien quieres ser y como vivirla"
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La vida de Elizabeth Corbett no es nada sencilla. Ahora su novio, Rick Shepard desapareció y ella está llena d...
Le envié y esperé. Tire mi pijama al cesto de ropa sucia, cuando llegó la respuesta.
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Solté una carcajada y le coloqué varios emoticones como respuesta.
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Lo pensé chasqueando los dedos y le escribí, algo animada:
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¡Quizás era una buena señal!
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A duras penas lo hice pero logré convencer a mi papá de dejarme ir a la casa de la familia Morris; aunque no iría sola, Lucas era mi escolta. Sabía que todos estábamos preocupados por el asunto de las fotos y también, que Michael y los demás estarían alertas sobre eso. Al final la reunión de Sofía y Cleo en Londres tuvo sus frutos, según nos había explicado mi papá. También, no sabían quién había tomado las fotos porque algunas eran viejas pero también, recientes. Eso nos hizo desconfiar más y también, estar más atentos. Ahora estaba segura de las fotos y los mensajes que había recibido también, era parte de esto. ¿Acaso los Les Royals querían asustarme? No, tal vez, querían ¿lastimarme? Se me hizo un nudo en el estómago. Me mantuve apretada, mientras agarraba la cintura de mi hermano y me sentía sofocada utilizando el casco; medidas de seguridad. Por la tarde, el clima estaba agradable pero noté algunas nubes gris, mientras íbamos hacía la casa de Ellie y Lacey. Cuando llegamos cerca de la casa, pude ver el Toyota Prius gris estacionado en el garaje. El auto de la señora Morris no estaba. Lucas se estaciona frente a la casa. Mientras me quitaba el caso, y se lo daba a mi hermano, sentí su mirada. Estaba sentado en la motocicleta, con los brazos cruzados, mirándome.
