Envenenada.

Un simple acto de avaricia había causado el desmoronamiento de su familia. Había causado la muerte de su madre, causado la decadencia mental de su padre. Había obligado a él y a Xichen a crecer demasiado rápido.

"Wangji", susurró Lan Xichen.

"Estoy bien", susurró en respuesta, tratando de controlar su respiración. Intentó volver al presente, pero le resultó imposible.

Un par de ojos plateados se encontraron con los suyos.

Al instante, Lan Wangji se concentró en esos ojos plateados.

Respira, Wei Wuxian articuló, imítame.

Inhala. Exhala.

Lan Wangji siguió a su Wei Ying hasta que su pánico y su ira se calmaron. Volvió a mirarlo a los ojos, dejando que lo anclaran al presente.

Wei Ying, te amo, quiso decir.

Wei Wuxian le sonrió, como si escuchara los pensamientos en la cabeza de Lan Wangji. Le dio un pulgar hacia arriba, antes de darse la vuelta.

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Ganaron el caso.

Wei Wuxian sabía que lo harían. Pero aún así se sintió increíble. Tantos años de sufrimiento, tantos años de dolor, no solo para él y los hermanos Jiang, sino también para los hermanos Lan.

Una enorme suma de dinero para las familias Jiang y Lan por sus agravios. Debe ser pagado dentro de los próximos tres años.

"Suficiente para reconstruir Yunmeng, ¿eh?" Wei Wuxian había bromeado mientras él y Jiang Cheng salían de la sala. Jiang Cheng le dio una palmada, a pesar de las lágrimas en sus ojos.

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Wen Qing lamentó, ligeramente, haber eliminado a Wen Ruohan. Destituir al actual decano de medicina de los hospitales de Qishan significaba que, como siguiente mejor candidato, ella tendría que sustituirlo.

Lamentó haberlo destituido, porque significaba mucho trabajo por hacer. Había una pila interminable de papeleo en su escritorio. Había muchos detalles de los que tenía que ocuparse.

Pero, ¿volvería atrás y cambiaría las cosas? Por supuesto que no. Le gustaba ser la Emperatriz Wen. Le daba el poder de arreglar muchas cosas en Qishan, muchos errores que se habían acumulado, año tras año.

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En el juicio penal, Wei Wuxian ni siquiera podía mirar al lado opuesto de la sala. Mientras se burlaba internamente de los atuendos naranjas, le dolían las cicatrices de los brazos. Así que se sentó allí, con la mano de Lan Wangji apretada en la suya.

Endureció sus nervios y se sentó en el estrado como testigo. Miró fijamente los ojos dorados de Lan Wangji, dejando que su firmeza lo anclara. Se negó a apartar la mirada cuando ambos abogados le hicieron preguntas.

Cuando le pidieron que recordara los detalles de los hechos ocurridos en el almacén, Wei Wuxian sintió que se le agarrotaba la garganta. Había hecho un buen trabajo reprimiendo las pesadillas, pero que le pidieran que las recordara, que las repitiera, hizo que las pesadillas cobraran vida.

Lan Wangji le dio un pequeño asentimiento. Respira, musitó, imítame.

Inhala. Exhala.

Inspiró y empezó a relatar los acontecimientos, sin romper el contacto visual con Lan Wangji.

Cuando terminó, sintió que le temblaban las manos. Se obligó a poner un pie delante del otro y regresó a su asiento.

"El jurado deliberará ahora", ordenó el juez.

Wei Wuxian pidió ser excusado. Salió por la puerta de la sala del tribunal y se dirigió a los baños.

Lan Wangji no se quedó atrás. Abrió la puerta de un empujón e inmediatamente atrajo a su amado en un abrazo. Wei Wuxian se aferró a él.

"Soy tan lamentable", sollozó, "¡ni siquiera puedo mirar en su dirección! Soy tan inútil, tan débil..."

"No eres débil", dijo Lan Wangji, estrechando a Wei Wuxian entre sus brazos, "eres la persona más fuerte que conozco".

"L-Lan Zhan", hipó Wei Wuxian, "no te merezco".

"No", Lan Wangji apretó su abrazo, "mentir está prohibido."

Ante eso, Wei Wuxian esbozó una sonrisa.

"Lan Zhan, no puedo volver ahí. No puedo soportar esto, no puedo enfrentarlos".

"Mn, estaré aquí", dijo Lan Wangji. Se abrazó fuertemente a su amado, dejándolo llorar a gusto. Cuando los estremecimientos finalmente se habían calmado, Wei Wuxian levantó la vista.

"Lan Zhan, te amo". Wei Wuxian susurró.

"Yo también te amo, Wei Ying".


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"Culpables de los cargos."


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