"¿Sucede algo?"

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Cuando llego a su departamento lo primero que hizo fue tirarse en su cómoda cama y hundir su cabeza en su almohada, que tantas lágrimas le había recibido. Soltó un gruñido cuando su teléfono sonó.

Una llamaba entrante.

Lo tomo sin ver quién era, pero al escuchar su voz recobro la postura.

"Hola Zayn" Saluda de mala gana a su mejor amigo.

Tommo! ¿Sucede algo? Te escucho molesto"

"¡No estoy bien! ¿Recuerdas que te dije que estoy trabajando con Harry?"

"Si"

"¡Pues hoy estuvimos en un café y le entró una llamada!"

"Ajá.. ¿Y?" Pregunto frunciendo el ceño el moreno.

"Lo invito a verse, no sé quién era. ¡Pero lo invito a verse! ¿Y si en mi ausencia se encontró a alguien?"

El moreno suspira. "Lou, cálmate."

"¿Que me calme? Estoy aterrado Zee" 

"Si. Es entendible, pero me dijiste que te invito a por un café no?"

"Si"

"Te invito.. eso puede significar muchas cosas, pero no te rindas y si tiene novio se lo quitas, al ataque Lou" Dice Zayn divertido intentando animar a su mejor amigo.

"¡Ja! Gracias pero preferiría apartarme"

"¿Por?"

"Le devolvió la felicidad que yo le arrebate"

"¡No digas eso!" Chillá Zayn con dolor y enojo.
"¡¿Que no entiendes que todavía tienes esperanza?!"  Alza la voz. "¡Hasta que el mismísimo Harry Styles no te diga lo contrario no te rindes! ¡¿Me entiendes?!" Pregunto molesto.

"Oye pero no me grites renacuajo" Louis ríe y habla. "Esta bien, hasta que el no lo diga.. supongo"

"Bien, y te dejo porque Liam ya me sirvió comida, te quiero Lou" Se despide el moreno.

"Adiós" Cuelga el castaño.

No se había dado cuenta de cuánto extrañaba a su mejor amigo hasta ahora. Lastimosamente Zayn se había ido a los Ángeles con Liam, su pareja, por viajes de negocios. Ya que Zayn tiene un restaurante y quería expandirse por otros lugares. Se fueron hace dos meses y vuelven en cuatro o tres meses, aún no saben.

El castaño se levanta al comedor cuando su estómago le pide comida, y como la cocina y el no se llevan solo se sirve cereal y se va nuevamente a su habitación. Cómo no tiene nada que hacer por el resto del día se dispone a ver películas lo que resta de la tarde. Intentado dejar de pensar en el rizado, que estaba en su departamento ya cocinando panqueques para cenar.

También estaba atormentandose con la aparición de Louis, habían pasado varios años desde su último encuentro y aún lo recordaban como si hubiera sido ayer.

No todo había sido color de rosas el día que decidió alejarse del castaño, puesto que aunque sabía que era por su bienestar y lo mejor para ambos, aquel pequeño niño de rizos seguía extrañando a el que él considera el amor de su vida, quizá eran pequeños, quizá no sabían lo que hacían ni que no todo dura para siempre, pero el amor que ambos sentían... El amor que el rizado sentía por aquel pequeño ojiazul era inexplicable, cada que lo veía su corazón palpitaba más rápido de lo normal, podían pasar meses, años sin verse, pero cuando cruzarán miradas, todas las piezas encajaban a la perfección y ambos lo sabían, que sin importar la lluvia, el sol o las nubes, en las cuatro estaciones, los trescientos sesenta y cinco días del año, estaban presentes en todos ellos.

Such A Good TimeDove le storie prendono vita. Scoprilo ora