No podía hablar, sentía que no tenía control sobre mi cuerpo. Es muy pelotudo decir ésto, pero me dolía el corazón, definitivamente no estaba preparado para esas palabras.

-Cenfe- me llamó Luciano. -Mirame- pidió poniéndose frente a mí, pero no lo hice. -¡Tomás!- gritó.

Puso sus manos una a cada lado de mi cabeza y buscó mi mirada.

-Te voy a pegar semejante piña si no reaccionas- avisó.

Después de eso siguió hablando, no lo escuché, otra vez los recuerdos invadieron mi mente, provocando un par de lágrimas.

Con todo el dolor de cuerpo que sentía, me paré del sillón. Los pibes me siguieron con la mirada. Caminé hacia la puerta y la abrí.

-Váyanse- pedí calmado. -Por favor, váyanse- repetí al ver que no reaccionaban.

-No voy a dejarte acá- respondió Lucas.

-¡Quiero estar solo!- grité rompiendo en llanto.

-No- se negó.

Cerré con todas mi fuerzas y estoy más que seguro que se escucho en todo el edificio. Me dirigí a mi habitación, cerré con llave y otra vez esos ataques volvieron, comencé a temblar, mi corazón se aceleró como nunca, no podía respirar.

Rápidamente agarré mi celular y marqué mi número de emergencia.

-Tomi, ¿Todo bien?- preguntó del otro lado, su voz ronca me dio a entender que la desperté.

-Te necesito- respondí, fue casi inaudible, pero sé que ella lo entendió perfecto.

Estaba aturdido, todo mi cuerpo sudaba, mi cabeza daba vueltas y la sensación de que iba a morir cada vez era más grande. A lo lejos podía escuchar los gritos de Luciano. Sentia que ésto sé hacia eterno, ya no aguantaba más.

La puerta sé abrió y ahí apareció ella, en sus manos un balde el cual rápidamente agarré para vomitar.

-Tranquilo, estoy acá mi amor- susurró una vez que llegó a mí. -Respiremos juntos- pidió una vez que terminé, agarró mi mano y la apretó.

La miré y tenía sus ojos cristalizados.

-Vos podes, respiremos- repitió. Y así lo hicimos, el pecho dejó de dolerme. -Muy bien bebé, ahora hagamos ésto- levantó sus brazos por encima de su cabeza. La imite y todo volvió a la normalidad. -Ya pasó Tomi, yo estoy acá- acarició mi mejilla.

Miré hacia afuera de la pieza, ahí estaban todos. Volví a mirar a Julieta, secó sus lágrimas y sé levantó del piso.

-¿Queres bañarte?- preguntó extendiendo su mano y asenti.

Caminamos al baño, me senté en el hinodoro, prendió la ducha y me miro.

-Gracias- hablé después de un rato.

-No pasa nada- respondió sonriendo sin mostrar sus dientes.

Sacó mi remera, después lo demás y me ayudó a sentarme en la bañera.

-Deja de mirarme tanto- rió mientras mojaba mi pelo.

-Siempre estas para mí- susurre.

-Sos mi amigo y te amo- respondió sincera.

-Hace mucho no tenía un ataque- recordé en voz alta. Juli me miro y asintió.

Ninguno dijo más nada, cuando termine de bañarme volvimos a la pieza, me cambié y fui al living, estaban todos menos mi hermano.

-No nos digas que queres estar solo, porque ninguno sé va a ir- avisó Mauro.

Me senté en el sillón y suspire.

-¿Lucho?- pregunté extrañado.

-Sé fué- respondió Chulu.

Miré a Lucas, éste hizo una seña rara con su mano la cual entendí muy bién. Fuimos al balcón y tomé aire antes de hablar.

-Estuve con Luna- comenté. Las ganas de llorar volvieron.

Él me miraba con una expresión de tristeza tremenda.

-Me dijo que no la busque, que ella lo ama a él- solté. Lucas me abrazó sin decir nada.

-Está bien que te duela, quédate tranquilo- respondió.

-Volví a estar en la mierda- hablé cerrando mis ojos.
































💫HOLIS 💫

Bueno, me aburrí y qsy.

NO ME ODIEN PORFIS.
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