Hace miles de años en las tierras de Aridum, existieron 5 poderosos hechiceros a los que llamaron los dioses. Estos eran capaces de controlar los cuatro elementos de la naturaleza. Pero esto ha logrado a alterar a los humanos. Y después de tanto al...
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Claire Grace
Dos meses después
—Linda— escucho la voz de Julian detrás de mí—, hola.
—Hola, ¿Cómo estás?— sonrío y lo beso suavemente cuando se acerca a mí—, ¿Qué haces aquí?
—Es el día del Restablecimiento— Julian besa mi frente y por un momento mi mente viaja a... Eloy. No, no quiero recordarlo, me duele—, sólo vine a recordarte todo lo que debes hacer.
—Lo sé, Julian— giro los ojos y acomodo varios vestidos en mi cama—, me has recalcado cada día como debo de hacer las cosas.
Decidí intentar las cosas con Julian, pero él está consciente de que no he dejado de amar a Eloy, es imposible, nunca había sentido que algo fuera tan parte de mí, hasta Eloy.
—Sólo quiero que lo hagas bien— caricia mi cabello.
—¿Dudas de que no lo haga bien?— pregunto y él niega sonriente.
Eloy no dudaría, o al menos el Eloy que yo pensaba que era, el que quiero pensar que es.
—No quise decir eso— se toca el mentón como si pensara—, lo que quiero decir es que sé que estás nerviosa, vine a recordarte cada uno de los pasos, por si los olvidaste.
—Lo recuerdo todo— sonrío y vuelvo mi mirada a los vestidos—, ¿Cuál debería escoger?
Julian observa los vestidos detalladamente y señala uno.
—El blanco— habla y lo observo—, aunque todo te quedaría bien.
—Elegiré el rojo— rio al ver su reacción.
—¿Para qué preguntas entonces?— habla con diversión.
—No lo sé— sonrío y tomo el largo vestido rojo para entrar a mi baño y cambiarme—, ¿Cómo me veo?
—Wow, yo... te ves hermosa— Julian dice anonadado—, eres hermosa.
—Gracias— sonrío pero realmente no me sentí del todo cómoda escuchando ese comentario viniendo de él—, creo que ya es hora.
—Sí, debes irte a las pistas de fuego— asiente rápidamente—, los chicos ya te están esperando, no puedo acompañarte, lo sabes.
—Bien, sólo— tomo una larga respiración—, necesito unos momentos a solas.
—Está bien— me asegura y besa mi frente—, te veo luego del Restablecimiento.
Cuando el Elemental sale, y la puerta se cierra, suelto un largo suspiro.
—Eloy— pronuncio en voz baja—, sé que no quieres verme— digo dolida—, sé que dijiste que no me amas, pero en este preciso momento, necesito... te necesito.
