𝐍𝐞𝐯𝐞𝐫𝐥𝐚𝐧𝐝

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Paro justamente al toparse con un gran portón negro, al cual se acercó mirando de lado en lado buscando por dónde pasar o tocar.

—Joder—

—¿Necesita algo señor?—

Una gruesa voz hizo que se encogiera entre sus hombros, se trataba de un hombre a traje, el cual lo miraba de brazos cruzados por entre los barrotes de la gran entrada.

—Eh... Sí, dígale a Michael que su mejor amigo Prince viene por su trasero—

—¿Disculpe?— Pregunto el hombre con confusión.

—Usted solo digaselo— Respondió con una sonrisa ladina y a brazos cruzados, irradiando seguridad.

El otro simplemente llevo su mano a su bolsillo, sacando una especie de Walkie Talkie y susurrando un par de palabras a este, luego de unos segundos y con una expresión desconcertante, el guardia se acercó comenzando a abrir aquel portón.

—¿Vez? ¿Qué te dije?—

El contrario solamente rodó sus ojos y cedió la entrada sin decir alguna otra cosa.

—Le agradezco señor— Agrego Prince burlón mientras que pasaba de él con una pequeña sonrisa a labios cerrados y ambas manos en sus bolsillos delanteros.

La llegada parecía interminable, aún no veía señal de alguna mansión o rancho gigante, en vez de eso, solo seguía un largo camino rocoso con muchos árboles alrededor, debía aceptarlo, el ambiente era sumamente agradable.

Comenzaba a aburrirse, no fue hasta que llevo su mirada al frente topándo su mirada con una segunda entrada aún más grande y llamativa que la anterior, solo que por arriba brillaban unas grandes letras con la palabra "Neverland".

Rodó sus ojos y se acercó a brazos cruzados —Agh ¿Es enserio?—

Nuevamente se acercó a examinar la estructura, pero a los segundos de acercarse algo hizo que retrocediera en un brinco, era Michael dando un salto fuertemente pegando sobre los barrotes.

—¡BUU!—

—¡AH! ¡HIJO DE PUTA!—

Michael comenzó a reír a carcajadas desde el otro lado de la entrada.

—¿Te asusté?—

—¡Con tremenda cara a cualquiera, cabrón!—

—Me ganó la vibra de Octubre, lo siento— A pesar de seguir riendo, se acercó a un par de manijas dejando abrir las puertas lentamente. —Anda, vamos— Sacudió su mano ante el otro.

Un nuevo camino comenzaba, Prince ya harto solamente rodó los ojos y se encogió de hombros con una expresión de fastidio. —¿Eran necesarias dos entradas, caminos inmensos y un guardia gruñón?—

—La seguridad primero, además, aún no te cuento mis planes con este lugar ¡Vamos!— Hablo Michael emocionado, comenzando a acelerar el paso hasta llegar a la entrada de una gran mansión con montones de arbustos y rosales alrededor.

Ya estando dentro, el lugar aún se encontraba vacío, a excepción de algunos sillones y uno que otro cuadro envuelto en plástico.

—Vaya, haz preferido adornar primero afuera que aquí dentro— Menciono Prince dejándose caer en uno de aquellos sofás —¡Mira este lugar!—

—No he tenido tiempo de arreglar, afuera recibí algo de ayuda profesional. Se nota ¿no?—

—Sí, claro, si tú lo dices... Vamos, cuentame tus planes— Sonrió el mayor recargando uno de sus codos contra el respaldo.

Inmediatamente Michael corrió para sentarse a su lado con una esbozante sonrisa —Bien, escucha. Este lugar no solo será una simple mansión que la gente conocerá como "La carísima casa de Michael Jackson" si no que... ¡Lo convertiré en un parque de diversiones llamada Neverland! ¡¿Suena genial, no?! ¡Todos los niños del mundo y sus padres podrán venir y pasarla bien!—

El rostro del rizado moreno quedó en blanco por unos cortos segundos para luego comenzar a soltar uno que otro sonido al intentar aguantar su carcajada, pero fue en vano, lo termino haciendo

—¿Qué? ¿Qué dije?—

—Es una broma ¿No? Una persona normal no es tan capaz de escuchar miles de carcajadas y gritos todo el día ¡Qué desesperante!—

—Pues yo no soy una persona normal— Se cruzó de brazos —Tú seguro que sí ¡No aguantas nada! Eres aburrido como una hombre cualquiera—

El otro inmediatamente tomo pie indignado e igualmente a brazos cruzados —¿Qué dices? ¿Hombre cualquiera? ¿Yo? ¡Te aguanto a ti, chico raro!—

Un incómodo silencio embargo el ambiente por un par de segundos, Michael simplemente apartó la mirada encogiendose de hombros,  Prince al darse cuenta de esto, se calmo y nuevamente se dejó caer en el asiento.

—Lo siento—

—No me gusta que te pongas así... Eres el primero al que le cuento mis planes y el primero que se burla de ellos...¿Cómo reaccionara el mundo entonces?— Comenzó a sollozar a lo bajo, lo cual hizo que Prince se levantará rápidamente arrodillándose frente a él.

—Hey! De verdad lo siento ¿Si? ¡Solo fue la reacción del primer momento! Nunca había escuchado a alguien con una idea como esa, solo estaba sorprendido ¡No te sientas mal! Te ayudaré en lo que quieras ¿Vale? ¡Usaré la botarga de Mickey Mouse si lo deseas!—

Michael lo miro lentamente, para luego sonreír con ambos ojos cristalizados —¿Haz sentido pena verdad?—

—¿Eh?—

—Si eres un chico raro— Agregó a la par de unas carcajadas —¡Usarás la botarga! ¡Hecho!—

—Agh, en verdad que eres un hijo de puta— Está vez no lo había dicho con molestia, al contrario, comenzó a reír a la par del moreno abalanzándose sobre el dejando montones de cosquillas.

—Espera, espera! ¡Para!— Grito Michael entre risas —¿Entonces me ayudas con la fiesta de mañana?—

—Claro que sí, pero con una sola condición. Que sea la única fiesta que haya aquí sin temática infantil ¿Bien?—

—Está bien— Sonrió.


𝙺𝚒𝚜𝚜 | Prichael |Where stories live. Discover now