—Lo entiendo.

—Y yo entiendo que no quieras mentirles. Son tus padres y...

—Sí, lo son.

—Fueron muy buenos contigo, ¿verdad? —Yibo siempre hablaba de ellos de una forma casi impersonal.

—Sí, mucho. Me ofrecieron la guía que tanto necesitaba. Me ofrecieron mi propio espacio, algo que nunca había tenido, y muchas cosas más.

Zhan comprendió por qué el chico era tan meticuloso con todo. Se había pasado ocho años de una familia de acogida a otra, y eso implicaba muchos cambios y pocas pertenencias.

—¿Amor?

Wang Yibo se encogió de hombros.

—No lo necesito.

Su respuesta lo horrorizó, aunque después de todo lo ocurrido ya nada debería sorprenderlo.

—Pero... ¿los quieres?

La expresión del menor se congeló.

—No es que yo no... —dejó la frase sin terminar. Era evidente que no podía hablar de ello.

—Lo sé. Y seguro que ellos también lo saben.

—Seguramente les hará mucha ilusión el matrimonio, aunque no sé qué dirán cuando les avise con tan poco tiempo —dijo con un atisbo de sonrisa.

—Seguro que les parecerá bien.

—Hay otra cosa que debo decirte.

¿Una disculpa, tal vez?
Eso estaría bien. ZhanZhan aceptaría sus disculpas con mucho gusto.

—¿Qué?

—La otra noche no usé protección.

Xiao Zhan tuvo una ligera decepción. No era una disculpa.

—Oh.

—Necesito saber si estás embarazado. Espero que me lo digas.

—Por supuesto.

—Bien.

Xiao Zhan sintió un momento de pánico.

¿Qué haría si estuviera embarazado? ¿Cómo podría afectar a MeiLing y a la adopción? ¿Tendría dos hijos cómo padre soltero? Ni siquiera estaba del todo seguro de que pudiera criar a uno...

—Pero no estoy embarazado —tenía que creerlo, porque la alternativa era aterradora. Otro ejemplo de su tendencia innata a estropear algo que iba bien.

—No lo sabes.

—Maldita sea, Yibo, tengo que creer que no lo estoy. Muy doncel seré, pero conozco mi cuerpo.

El menor soltó una amarga carcajada.

—No te culpo por no querer estarlo. Has oído todo sobre mis genes. Y has sido un espectador privilegiado de cómo puede ser mi carácter.

—No se trata de eso —protestó él—. Pero respóndeme con sinceridad. ¿Te quedarías conmigo si estuviera embarazado? ¿O me vería en un futuro solo con dos niños?

—Estarías mucho mejor sin mí.

—Supongo que eso responde a mis preguntas.

—Me quedaría contigo, pero es mejor que no nos veamos en esa situación.

—No quiero que nadie esté conmigo por obligación.

—Pues así sería si llevaras dentro un hijo mío. Nunca esquivó mis responsabilidades.

Un Amor Declarado y PersonalWhere stories live. Discover now