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( ISN'T IT SAD TO LOVE SOMETHING DEATH CAB TOUCH? )

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( ISN'T IT SAD TO LOVE SOMETHING DEATH CAB TOUCH? )


JUSTO ANTES DE que Callisto llegara a una parte relativamente apartada del patio, Hermione Granger pasó corriendo junto a ella, lanzando un hechizo y gritando un doloroso "¡NO!".

Cuando el hechizo dio en el blanco, Callisto pudo ver claramente a Fenrir Greyback volar de regreso y aterrizar a unos metros de distancia antes de que fuera golpeado por otro hechizo, éste disparado por un estudiante de Ravenclaw.

Reanudando su paso rápido, Callisto empujó a Hermione, quien estaba siendo arrastrada por Ron Weasley y la estaba mirando con una expresión de lástima y pesar antes de que sus ojos se fijaran en algo detrás de ella.

Siguiendo la mirada de Hermione, Callisto cayó de rodillas cuando encontró el cuerpo de la chica que amaba golpeado, mordido y ensangrentado en el suelo.

El pecho de Lavender apenas se elevaba y su cabeza se movía de un lado a otro débilmente, como si buscara algo frenéticamente.

—Lav, estoy aqui, cariño —dijo Callisto, sintiendo que su garganta se cerraba cuando Lavender movió la cabeza de una vez por fin y la miró a los ojos, dándole una débil sonrisa.

—Oye —la voz de Lavender era apenas un susurro y Callisto tuvo que inclinar la cabeza cerca de sus labios para escucharla —. Pensé que no lo haría.

Lavender se interrumpió con un gemido de dolor, haciendo que Callisto se apresurara a aplicar presión en la herida de su cuello.

—Shh, deja de hablar, cariño —la calló Callisto, las lágrimas corrían por su rostro sucio en ríos salados —. Estarás bien. Esto terminará pronto y conseguiremos que Madame Pomfrey te cure y nos casaremos en ese mismo momento.

—Por mucho que me gustaría eso, sabes que no estoy bien, Calli — Lavender rozó sus labios sobre la sien de Callisto antes de que se apartara de repente, su rostro se torció en una expresión de agonia—. Duele, Calli. Por favor, haz que se detenga.

—Lo estoy intentando, Lav. Sólo shh, no hables —Callisto empujó más de su peso en sus manos, tratando frenéticamente de aplicar más presión —. Todo estará bien. Tienes que creerme, cariño.

Hubo un momento en el que ninguno de los dos habló y solo se enfocaron el uno en el otro, los sonidos de la batalla se desvanecieron en el fondo. La mano de Lavender se deslizó temblorosamente por el brazo de Callisto hasta que descansó sobre su cuello, rozando su pulgar sobre la piel suave antes de empujar a su amada hacia adelante y darle un beso que sabia a sangre y lágrimas.

—Lo siento —murmuró Lavender mientras se separaban, dándole a Callisto una sonrisa vacilante mientras la chica movia la cabeza para descansar en su regazo —. Yo...

—Lo sé —la calló Callisto, limpiándose las manos ensangrentadas con la camisa antes de acariciar el cabello dorado de Lavender suavemente.

Y allí se quedaron, detrás de la cubierta del montón de piedras caidas, Callisto lanzando maleficios y hechizos de todo tipo a cualquiera que se atreviera a acercarse.

—Deberías estar allí —murmuró Lavender, mirando a su novia débilmente —. Deberías estar peleando, no aquí conmigo. Ya estoy muerta, Calli.

—No, no —saltó Callisto, sacudiendo la cabeza repetidamente antes de besar repetidas veces la frente de Lavender —. No estás muerta. Saldrás de esto, lo prometo.

—iempre fuiste tan optimista —se rió Lavender, tensándose un poco antes de dejar escapar un largo y doloroso suspiro —. No quiero que me duela más.

—Shh, casi ha terminado, ¿de acuerdo? —aseguró Callisto, presionando sus labios contra los de Lavender y tratando de mantener en silencio sus sollozos.

No quería que los últimos recuerdos de su novia sobre ella fueran sus gritos y sollozos.

De repente, sintió la mano de Lavender deslizarse lentamente de su lugar en su cuello y sus labios dejar de moverse suavemente contra los de ella. Al despedirse del beso, notó que los ojos de Lavender ahora estaban cerrados y su pecho había dejado de subir y bajar débilmente.

—No —Callisto negó con la cabeza frenéticamente, repitiendo la palabra una y otra vez mientras presionaba la cabeza contra el pecho de su novia, buscando desesperadamente un latido, un aliento, cualquier cosa.

Pero no hubo nada.

Su amada la había dejado, no, no la había dejado; Fenrir Greyback se la había arrebatado.

El hombre lobo había matado a su amada y la había dejado sola una vez más.

Gritó, golpeando con los puños el pecho de Lavender, rogándole que se despertara, rogándole que regresara. Pero los gritos, los llantos y los puñetazos no funcionaron y Calisto se desplomó; estaba sola de nuevo.



que llore dice.

when love arrives, lavender brown (español) √Where stories live. Discover now