I. Sucesos en la calle Poe

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 Es el año 1982, es un día soleado de primavera, la gente de la ciudad pasa el día en parques disfrutando del agradable clima. Poco a poco la noche se acerca y las familias vuelven a sus hogares.

En una casa de la humilde calle Poe se prepara una rica cena: ravioles de espinaca y ricota con una salsa de tomate extra picante. Zofía es la hermana menor y discute con Antonio para ver quien prueba la salsa primero, ambos tienen un pedazo de crujiente pan listo para ser empapado en la picante salsa; mientras discuten y su padre Omar se distrae oyéndolos, Iván, su tío, prueba la salsa con una cuchara y la discusión termina, Antonio ya no quiere probar la salsa y Zofía la prueba sin tantas ganas, Omar regaña a Iván porque le gusta oír discutir a sus pequeños hijos y quería ver hasta qué punto llegaban, la discusión siempre finaliza cuando uno insulta al otro, eso significaba perder argumentos y por lo tanto, perder la disputa.

Claudia está volviendo de trabajar, ya está en la calle Poe pero no se apresura, camina lento, disfrutando de un cigarrillo y mirando a las estrellas, está cansada y solo quiere llegar a su casa y cenar con su familia, estuvo trabajando hasta hace una hora atrás dando clases y participando en una reunión de equipo. Solo falta una cuadra para llegar a su hogar, detrás de un muro que separa la vereda de un baldío empieza a escuchar un sonido extraño, es similar al que emite la televisión cuando no sintoniza bien un canal y hay que mover la antena, el ruido se empieza a hacer cada vez más fuerte y de repente un silencio absoluto seguido de una tos, Claudia está paralizada, tiene miedo y curiosidad, el cigarrillo llegó al filtro y le quema los dedos, eso la hace volver de su trance y sin dudarlo acelera su paso con la piel erizada.

Iván es quien recibe a Claudia en la entrada de la casa, sorprendido por lo extraña que ve a su hermana le pregunta qué sucede, ella le responde que tiene hambre y está cansada, mientras cierra la puerta una fría brisa lo atraviesa, mira al cielo y las estrellas se están ocultando detrás de un manto de nubes, una tormenta se aproxima y muy rápido.

La cena transcurre con total normalidad, el tema de conversación es lo extraño del clima, habiendo sido un día tan agradable y ahora con ráfagas de viento anormales para esa época del año. Están comiendo budín de naranja como postre y el viento es más y más fuerte, creen que en cualquier momento el techo se vuela, la noche empieza a iluminarse de a poco son refusilos que anuncian una lluvia próxima. Zofía y Antonio están con miedo gracias a un mal cuento sobre tormentas que contó Iván, Omar habla con Claudia, pero esta parece no escucharlo, lo mira pero no lo oye, su atención está en lo que sucedió unas horas atrás, en ese ruido y luego esa tos. Un fuerte golpe se escucha en el patio y todos se asoman a la ventana para ver, una mesa de plástico esta tirada y había volteado unas masetas. La mesa es de sus vecinos, Ernesto y Ana, Iván va a salir a recoger lo caído y Omar lo para diciendo que espere a que el clima cambie, le dice que esa mesa es de patio, sus vecinos no la necesitan con ese clima.

Ernesto y Ana son una pareja muy infeliz, Ernesto es un cuarentón alcohólico golpeador que vive a costa de un seguro laboral de cuando perdió un dedo en la fábrica, Ana es una joven que vive con él y espera a su hijo, poco falta ya para que nazca. Ernesto se quedó dormido en el sillón a la azul luz del televisor, Ana observa el patio de sus vecinos y espera que la mesa que se ha volado no haya roto nada; el médico le ha dicho que debe hacer reposo, pero ella debe mantener la casa limpia y las comidas listas, sino recibe un golpe por parte de su esposo; está ahorrando dinero para irse cuanto antes, no quiere que el niño reciba el mismo trato por parte de su padre.

Mientras guarda unos billetes en una lata oculta detrás de la heladera siente dolor en su vientre y la lata cae hasta quedar debajo de la mesa, respira lento un par de veces hasta que el dolor desaparece y gateando se dirige a recoger la lata, una vez que la recupera sale marcha atrás y sin levantar la cabeza deja la lata sobre la mesa, antes que pudiera erguirse siente un fuerte tirón desde su cola de caballo, el olor alcohol que percibe la hace temblar, Ernesto la levanta tirando de sus cabellos y con la otra mano toma la lata y pregunta qué es, Ana no responde y solo se sujeta la panza, Ernesto la empuja y se acomoda en una silla, abre la lata y deja caer su contenido sobre el amarillento mantel, mira los billetes y mira a su esposa, lo hace dos veces y cada vez con una sonrisa más grande, junta y guarda los billetes en sus bolsillos y lentamente camina hacia Ana que aún está en el piso, le toca la panza y le dice que una vez que nazca el niño la castigara como es debido, toma una cerveza de la heladera y vuelve al sillón, Ana sigue tirada en el rincón llorando en silencio.

NagasumWhere stories live. Discover now