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"𝘛𝘶𝘴 𝘰𝘫𝘰𝘴 𝘮𝘦 𝘲𝘶𝘪𝘵𝘢𝘯 𝘦𝘭 𝘴𝘦𝘯𝘵𝘪𝘥𝘰 𝘺 𝘮𝘦 𝘤𝘰𝘯𝘧𝘶𝘯𝘥𝘦𝘯. 𝘏𝘢𝘤𝘦𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘮𝘪𝘴 𝘴𝘦𝘯𝘵𝘪𝘥𝘰𝘴 𝘳𝘢𝘤𝘪𝘰𝘯𝘢𝘭𝘦𝘴 𝘴𝘦 𝘷𝘢𝘭𝘭𝘢𝘯 𝘭𝘦𝘫𝘰𝘴"
—𝘿𝙪𝙢𝙗 𝘿𝙪𝙢𝙗

Xiaojun siquiera se tomó el tiempo de despedirse de sus amigos, su viaje salió demasiado temprano, y él no puso una alarma para poderse despedir.

Eso fue días después de que sus amigos le dieran aquella noticia.

Se encontraba en su cuarto, escuchando la nueva canción que su grupo favorito había sacado. Todo era Perfecto, justo como ellas lo sabían hacer. Si. Si grupo favorito era de chicas.

"Dumb Dumb" de Red Velvet sonaba por todo el cuarto del chino, mientras el solo bailaba extrañamente frente al espejo. No se sabía absolutamente nada de la coreografía, pero el ritmo era muy pegajoso y entusiasta. Así que solo se dejaba llevar por el ruido de trompetas y la pista de la canción.

Todo era tranquilidad y felicidad, hasta que sonó su celular, interrumpiendo su música, ya que este se encontraba conectado a una bocina de Bluetooth y el timbre de la llamada había silenciado la música.

Se acercó con fastidio hasta el, y vio quien era el que había interrumpido su momento de felicidad, era Kun.

—¿Que quieres? —dijo en cuanto contestó aquella llamada.

Si, yo igual estoy feliz de hablarte —habló con sarcasmo el chico al otro lado de la linea.

—Solo habla.

Bien, ¿recuerdas a Taeil?

Xiaojun frunció el ceño mientras salía de su cuarto en dirección a su cocina, estaba solo y su hermana había salido de casa —Un poco...

Adivina que.

No voy a adivinar nada si no me dices.

¿Que te pasa hoy?

Solo no estoy de humor. Así que si no me vas a decir nada, déjame seguir con mi vida y ya —en un movimiento rápido se despegó el celular de la oreja y puso su altavoz, mientras buscaba pasta de verduras instantánea y espagueti en su alacena.

Bien, bien —dijo su amigo en cuanto él los encontró, se acercó a su refrigerador y del apartado de carnes, sacó un gran pedazo de res, roja y jugosa—. Pues resulta que él y Johnny terminaron.

Xiaojun sacó una tabla de madre y un cuchillo de un cajón de su cocina, sal, pimienta y aceite, hasta que se detuvo abruptamente. Su corazón comenzó a latir con fuerza, y sus oídos se agudizaron al oír aquel nombre, pero no se lo hizo notar a Kun.

Respiró y sacó un sartén de otro cajón, junto a una olla mientras decía —¿Y eso que?

Tal vez tengas una oportunidad con el.

Xiaojun río con sarcasmo mientras llenaba la olla con agua de la llave hasta la mitad —Sueñas mucho Gege.

Tu te ilusionaste demasiado desde que te enamoraste de él.

Xiaojun cortaba la carne en cuadrados, mientras las ponía en el sartén y le ponía sal y pimienta con el aceite. La puso en la hornilla y se detuvo, soltando un suspiro —Que buenos ánimos Qian Kun.

Lo se —Xiaojun bufó mientras encendía la hornilla. Al lado del sartén, en la hornilla de al lado, puso el agua y de igual manera la encendió—. Pero, ¿de verdad no lo quieres intentar?

¿Intentar que, Kun? ¿Intentar dejarme en ridículo absurdamente? No gracias —tomó unos palillos de metal y espero a que él aceite comenzara a cocer la carne.

¡Pero no lo harás!

—¿Según quien? ¿Según tu? —preguntó con cierto enfado, aunque aquello parecía más una afirmación.

Confía en mi.

Lo haría —el aceite ya estaba comenzando a hacer burbujas hirvientes junto a los condimentos, así que Xiao se acercó y con los palillos comenzó a mover un poco los pedazos de carne—, pero se que no me dirás qué hacer y harás todo tu.

Porque si te digo que haré lo arruinarás.

¿Ves? Harás una idiotez —el aceite ya saltaba, y el agua comenzaba a hervir un poco. Dejó los palillos a un lado y con lentitud comenzó a abrir los sobres de la pasta y el espagueti.

Pero no te arrepentirás.

Xiaojun regresó a la carne, comenzando a darle vueltasDe cualquier cosa que hagas me arrepentiré.

Ash. Que amargado eres...

No, no soy un amargado —pausó un poco en cuanto vio el agua hervir. Fue hasta las pastas y se las puso, al igual que los condimentos—. Solo que simplemente no confío en ti.

¿Por que?

Porque eres raro... —dijo en escaso un susurro.

¿Disculpa? ¿A mi me llamaste raro?

Eres con el único raro con quien estoy hablado ahora mismo.

Ash. Te vuelvo a ofrecer algo. Bye.

¡No! Espera.

Uuuy, veo que te llamó la atención mi oferta de ayuda.

Y me terminará de convencer SOLO, si me dices que vas a hacer.

Mejor nos vemos mañana, y te cuento todo, ¿ok?

Ok... —dio una última vuelta a un pedazo de carne y apagó la hornilla, al igual que la de la pasta. Con un vaso de plástico, todo un poco del agua que tenía la olla y lo dejó a un lado— nos vemos.

¡Adioooos!

Xiaojun se acercó a su teléfono, pero antes de colgar, Kun se le adelantó.

No le dio importancia y solo busco en su alacena un plato. Encontrándose uno blanco de cerámica con bordes negros.

Vació el agua de la olla en su fregadero. Puso las dos pastas con,peinadas en el palto, y los otros dos sobres con polvo, se los colocó. El agua que había reservado también fue para allá.

Pasó la carne del sartén al plato y lo revolvió todo con los palillos de metal.

Como resultado: un ramyeon con carne. El ramyeon normalmente no se comía así, pero a él le gustaba aquella combinación.

Fue a la sala y se sentó con el plato en la mano. Tomó pasta con los palillos y le sopló un poco para quitar un poco el calor de este.

Metió aquel bocado en su boca y comenzó a masticar.

¿Las ideas de Kun eran buenas?

¿Y si no servía y quedaba mal con Johnny?

No quería eso, jamás.

Desde que se sintió atraído con el americano, jamás se imaginó quedar mal en frente o con el. Pero tal vez era inevitable, no todo salía bien en la vida.

No quería.

No podía lidiar con eso...

𝐇𝐢𝐠𝐡!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora