Capítulo 19. ♡

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Después de unos minutos de caminar nos encontrábamos de pie frente a casa de Alonso. Él abrió la puerta y me invitó a pasar indicándome que dejará mis cosas detrás de la puerta justo como él había hecho.

Me adentre a su sala, no era muy grande ni muy pequeña, los muebles estaban a un lado y en el fondo se encontraba un gran piano. Alonso se acercó junto a mí y encendió un interruptor que hacía al ventilado funcionar.

― ¿Esta tu mamá? ― Pregunté.

― No lo sé, iré a ver si está en la cocina. ― Murmuró caminando hasta la cocina.

Me acerqué a una de las mesitas que estaban al lado de los sillones, y tomé entre mis manos una de las fotografías que ahí estaban. Era una fotografía familiar, al parecer estaban en un parque, me causaba gran ternura ver a Alonso de pequeño con su familia. Se veía muy tierno, tenía los ojos muy azules y su cabello era más rubio y no castaño, aunque supongo que con el tiempo fue cambiando de color.

― Al parecer no hay nadie. ― Dijo Alonso a mis espaldas.

Inconscientemente di un pequeño brinco al escuchar su voz lo que le hizo soltar una risa, estaba tan concentrada en la fotografía que no me había percatado de que Alonso estaba a mis espaldas. Me gire a verlo y le di un golpe en el hombro para que dejará de reír. Alonso se tambaleó hasta caer en el suelo. ¡Ni si quiera le di tan fuerte!

― Ouch. ― Se quejó.

Solté una risa y él me miro serio.

― Oh ¿Ahora tú te burlas de mí?

No conteste y seguí riendo. Alonso se levantó del suelo y se acercó a mí.

Pare de reír cuando me di cuenta de que me estaba observando.

― ¿Qué? ― Sonreí.

― No, nada. ― Dijo sin a apartar la vista de mí.

Lo mire a los ojos sin saber qué hacer, me incomodaba un poco que me mirará así y más cuando estaba muy cerca. Baje la vista a sus labios, diablos quería besarlo. Él se acercó más a mí, podía sentir su fresco aliento chocar contra mis labios.

Iba a besarlo, mis manos estaban sudando de lo nerviosa que estaba, y si no fuera porque una de ellas apretó sin querer una de las teclas del piano donde estaba recargada, quizá lo hubiera besado.

Vaya sí que estuvo cerca.

― ¿Quieres iniciar las clases ya? ― Habló Alonso rompiendo el incómodo silenció que se había formado. Asentí y lo seguí para sentarnos frente al piano.

Comenzó a tocar una melodía lenta y se giró a verme con una sonrisa.

― Te mostraré como y después lo harás tú. ― Índico.

Repitió la misma melodía, solo que ahora un poco más lento para no confundirme. Observé cada movimiento de sus dedos al tocar una tecla y traté de memorizarlos, era como en esos juegos de hasbro donde las luces cambian y tienes que memorizarte el orden de cómo fue apareciendo y si te confundías volvías a empezar.

Alonso se detuvo y me indicó que repitiera lo que él había hecho.

Con un poco de nervios traté de igualar la melodía que Alonso había tocado, pero sin querer apreté otras teclas un par de veces arruinando por completo lo que estaba tocando. Era mi quinto intento y aún seguía sin salirme bien, comenzaba a desesperarme.

― No, no puedo. ― Deje de tocar por un momento.

― Si puedes Melissa, te estaba saliendo bien, vamos inténtalo de nuevo. ― Me alentó.

Un Deseo » a.v [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora