👑 Epílogo: "El llanto de los lobos"

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Me adentré al bosque con los puños apretados y la mandíbula más tensa que nunca. Me dolió que mi propia madre me hubiese ocultado eso. Por casi veintidós años mi padre me menosprecio y ahora entendía el motivo: su sangre no era la misma que la mía.

Al llegar a la rivera, me senté en el suelo con las rodillas contra el pecho y el mentón sobre ellas. Sollocé, pero no derrame lágrimas. No podía permitírmelo. Tenía que ser fuerte y para eso necesitaba tener la frente bien en alto. Me aparté unos cuantos mechones de cabello y respiré hondo.

-Estaba esperando este momento.-alguien caminó por detrás de mí, pero no me molesté en lo más mínimo en voltear.-Han pasado años desde la última vez que escuché esa historia.-

-Déjame.-pedí.-Quiero estar sola.-ese alguien se sentó a mi lado.

-Siempre me pregunté cuanto tiempo tu madre tardaría en ocultarlo.-soltó una risa.-Veo que la mentira se le cayó muy pronto.-la presencia de quién fuera, me estaba fastidiando.

-Se lo pedí amablemente.-le espeté, levantando la cabeza.- Quiero estar sola.-los ojos de Brends me escudriñaron de arriba abajo.

-Sé que tienes preguntas.-murmuró, rascándose la barbilla.-Sé que te mueres por saber quién es tu padre.-levantó la mano. Por un momento, cerré los ojos.-Tranquila, Thalía, no voy a lastimarte; es lo último que haría.-

-Déjame.-insistí.

-¿No tienes curiosidad por saber de dónde provienes?-negué fervientemente.- No me mientas, niña, sé que te mueres por saberlo.-

-Ya fue demasiado por un día.-murmuré, con los ojos cerrados.-Solo quiero...quiero olvidar lo que mi madre me ha dicho.-

Sentí a Brends mirarme fijamente.

-Bien.-dijo, poniéndose de pie.-Cómo tú quieras.-volvió a asomar su mano y corrió mi cabello hacia el costado.- Solo quiero que sepas algo.-apretó sus dedo contra un tramo de piel que sobresalía de mi vestido.- ¿Ves esa marca?-miré por encima de mi hombro y asentí.-Bueno, eso te hace parte de mi manada.-dio media vuelta y comenzó a caminar. Avanzaba de manera lenta, como si esperar que yo le hablase.

De hecho, si tenía ganas de seguir averiguando. Me moría de curiosidad.

-Espera.-dije, poniéndome de pie.-Mi abuela siempre dijo que esa marca me hacía especial, ¿a qué se refería?-

Casi que podía imaginarme a Brends sonriendo.

Volvió sobre sus pasos y regresó a mí. Se sacó la camisa y me dio la espalda.

-¿La ves?-sobre su hombro se hallaba la misma marca que la mía.-Esa es una marca de nacimiento. Aparece en todos los miembros de mi manada. Y sí tú la tienes, es porque fuiste engendrada por algún macho que también la posee. Eso te hace muy especial, Thalía.-

-Y... ¿tú conoces a mi...padre?-Brends me apretó el hombro.

-Lamento decirte que no lo sé.-bajé la cabeza y curvé los labios.-Pero, si algún día de aburres de tu familia, serás bienvenida entre mi gente y allí te ayudaré encontrarlo.-sonreí de lado.-Bien, creo que ya debo irme, fue un placer hablar contigo, Thalía Iva...Labonair.-

Pasaron varias semanas y con Klaus seguíamos atrapados en la aldea. Esther todavía no había logrado realizar el hechizo indicado para proteger a sus hijos del sol. Tal vez ella sabía que ibamos a irnos y quería retrasarnos la partida la mayor cantidad de tiempo que pudiese. Durante esas semanas intenté adaptar mi nueva vida a la vieja rutina: alimentar a las gallinas, peinar a los caballos, ordeñar a las vacas. Todo era normal excepto la incontrolable hambre que se apoderaba de mí a cada rato. Se me hacía imposible estar entre mucha gente, porque era como si pudiese sentir la sangre fluir por sus cuerpos. Los primeros días probé saciar mi sed tomando sangre de animal, al hacerlo un insoportable dolor se apoderó de mi boca. Le rogué a Ingrid que me dijese que me estaba pasando y ella me dijo que me estaban saliendo colmillos. Me asuste, pero me aseguró que le pasó lo mismo. Cada mañana, cada día me preguntaba, ¿qué somos? En lo que respecta a mi matrimonio, con Elijah nos tomamos un tiempo. Ni él ni yo estábamos muy interesados en seguir con esa farsa. Él se le había declarado a Tatia, ya que eso era lo que dictaba su corazón. Lo mismo que pasó entre Klaus y yo. Nos convenía ser felices por mérito propio que por un arreglo. Las cosas con Klaus iban de lo mejor. La vieja Tata nos había dejado su casa y teníamos la privacidad que tanto deseábamos. En cuanto a mi verdadera identidad, padre se había enterado. Decir que se puso furioso era quedarse realmente corto. Le gritó a mi madre y de no haber sido por Ethan y Aidan, la hubiera castigado. No conforme con gritarle, la humillo frente a todos en la aldea. Pero era bueno sabe que no estaba enojado conmigo: según él, yo no tenía la culpa de las acciones de mi madre. Por otro lado, continuaba sin saber quién era realmente mi padre. De vez en cuando frecuentaba a Brends y se podría decir que se creó un vínculo entre nosotros.

Los Orígenes 👑 | LIBRO 1 - TO | ✔Where stories live. Discover now