Capítulo 31: Navidad en París

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Zanjin puso los ojos en blanco.- Y qué se supone que debería hacer yo para ganar un regalo como esos... siempre me ven menos en esta casa...

Tía Yu.- Corazón... sabes que eso no es cierto... tu también formas parte de esta familia...

Zanjin.- Pues si de verdad lo fuera me tomarían en cuenta para muchas cosas... mi tío solo sospecha de mi en la oficina... de seguro no te ha dicho lo que piensa de mi...

Tía Yu.- Supongo que te refieres a la investigación que continúa abierta...

Zanjin.- Exactamente tía... no entiendo cómo es posible que mi tío piense mal de mí...

Tía Yu.- No te preocupes... hablaré de nuevo con él y las cosas se arreglarán ya verás... además, yo sé que has hecho todo bien en los negocios...

Zanjin.- Solo hago lo que me piden... nada más allá... al final de día... lo que suceda en las empresas también me afecta a mí...

Tía Yu.- Lo sé cariño... - suspiró de nuevo y se retiró lentamente con el estuche de las joyas en las manos, lo cerró y lo guardó en uno de los cajones del buró- Te parece si bajamos a merendar?... Ya es un poco tarde...

Zanjin asintió con desgana y ambos salieron de la recámara. La tía Yu lo observaba de reojo con cierta preocupación... en su interior sabía que algo no andaba bien con él desde que había regresado de ese viaje al que lo habían enviado. La actitud de su sobrino cada vez era más inestable y los médicos ya se lo habían informado... no entendía las razones para su estrés. Al llegar al comedor, se sentaron a la mesa y el mayordomo ya tenía preparada la merienda... en cuanto los vio hizo una seña para que la servidumbre les acercara todo lo necesario.

Mayordomo.- Joven... casi no comió nada...

Tía Yu.- Con esa figura que tienes no necesitas hacer dieta cariño...

El mayordomo se acercó y trató de mediar un poco en la incómoda situación.- Le voy a hacer como cuando estaba pequeño... no le daré postre si no se termina las verduras- dijo con una leve sonrisa.

Zanjin.- En principio ya crecí... y ya no puedes hacerme eso... por otro lado... tus postres no se ven tan tentadores como para comerlos...- se levantó y aventó la servilleta a la mesa- me voy a mi recámara... buenas noches...

Salió del comedor completamente molesto... a su espalda el mayordomo preguntó.- Pero que le pasa al joven... no entiendo nada... llegó muy contento de la oficina...

Tía Yu.- Yo tampoco lo sé... desde que entró a mi recámara su semblante no era bueno... y luego... cuando vio las joyas que pienso regalarle a Ziyi se puso así...

Mayordomo.- Pero por qué?

Tía Yu.- Zanjin dice que las joyas de la familia les pertenecen a ellos...

Mayordomo.- En principio las joyas son de usted señora... así que usted decidirá a quien quiere dárselas...

Tía Yu.- Pues si... y precisamente por eso me extraña... ahora no se que hacer...

Zanjin entró a su recámara y azotó la puerta... llegó casi corriendo al lado de la cama y se sentó. Después de unos minutos pensó- Ni Ziyi ni Yibo se quedarán con lo que es mío... tengo que hacer algo... no puedo permitirlo.- En ese momento varios pensamientos obscuros pasaron por su mente... algo tenía que hacer... sus planes estaban fallando épicamente y Yubin no resultaba de gran ayuda, a pesar de sus instrucciones... Zhan y Yibo seguían juntos... tenía que actuar a como diera lugar... y pronto.

A la mañana siguiente, Zhan abrió los ojos lentamente... se estiró ronroneando y escuchó un suave gruñido sobre su pecho además de un ligero dolor en la cadera... eso lo hizo sonreír como un verdadero tonto.- Amor... despierta... hoy tenemos invitados en casa- susurró.

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