Todo terminó cuando nos quedamos sin bombuchas. Nos encontrábamos bajo la sombra, totalmente mojados, con la piel de gallina por la brisa fresca que rozaba nuestra piel. Yo me acerqué a Valentín, quien se había puesto bajo un pequeño rayito de sol para estar más calentito, ignorando que la luz solo iluminaba una pequeña parte de su cuerpo.
— Gané yo. — Sonrió ante mí, victorioso.
— ¿Perdón?
— Te perdono.
— Yo tiré más veces. — Afirmé, dándole un suave empujón para quedarme con el rayito de sol. — Yo gané.
El castaño rió. — No me saques el sol que tengo frío.
— Lo compartimos. — Sonreí y él aceptó con la cabeza, pegando su cuerpo al mío para entrar en aquel pedazo de luz.
Mi mamá se acercó a nosotros y tapó el sol, cortando aquella situación solidaria.
— ¿No tienen frío, ustedes? — Preguntó y la miré con los ojos entrecerrados.
— Mami... Literalmente estamos compartiendo la luz del sol. — Le digo moviendo mis manos exageradamente al apuntarnos.
Ella se rió y rodó sus ojos. — En tu pieza te dejé toallas, Eve, vayan a secarse que se van a enfermar.
Sin dudarlo, salí corriendo junto a Valentín hacia mi habitación. Karina nos había dejado dos toallas tendidas en la cama para cada uno, con las cuales nos envolvimos rápidamente, buscando sentir un poco de calidez en el cuerpo.
Estuvimos algunos segundos en silencio, envueltos en las toallas, parados en el medio de la habitación. Observé al chico a mi lado e instantáneamente hizo lo mismo, como si hubiera sentido mi mirada sobre él. Al cabo de un momento, su vista se desvió hacia mis espaldas, y volteé para ver un pequeño cuadro apoyado en la mesita de luz; era yo de chiquita, con mi hermanito en brazos, siendo un bebé casi recién nacido.
— ¿Dante? — Me preguntó mientras yo mantenía la vista en esa imagen, sintiendo como se formaba una sonrisa nostálgica en mis labios.
— Si, tenía dos meses ahí. — Suspiré de una forma melancólica. — Era tan chiquito...
Sonrió de costado. — Los dos estaban muy chiquitos.
— Ese fue el día en donde mi viejo volvió a irse. — Dije, con un tono más serio. — Nos había dejado otra vez, con mi hermano recién nacido.
— Eve... — Valentín apoyó una de sus manos en mi hombro, pero yo decidí proseguir.
— Cuando mi hermano nació, mi viejo se había reconciliado con mi mamá. Obviamente, fingiendo que yo era invisible.— Puse tensa la mandíbula al sentir como una bronca invadía mi cuerpo. — Estuvieron juntos dos años, y mi mamá quedó embarazada, otra vez.
— Y a él... — Soltó Valentín, algo entristecido, y lo interrumpí.
— Le chupó todo un huevo, y dejó sola a mi vieja. — Mis ojos se cristalizaron. Era un tema que ya tenía aceptado al pasar de los años, pero eso no podía evitar que yo me enojara, o me sienta dolida por mi mamá. — Mi abuela fue la única que estuvo con ella para cuidarnos, cuando se iba a trabajar. Hasta el día de hoy, se queda en mi casa a veces. Pero con Dante tuvimos que independizarnos desde muy chicos, porque no siempre tuvimos a alguien que nos acompañara, más que a nosotros.
El castaño soltó un suspiro y tomó mi cara con su mano para que lo mirara. — Sos alguien muy fuerte, Eve, al igual que tu hermanito y tu mamá. Me alegro mucho que hayan podido seguir adelante, y que vos tengas la confianza para poder contarme estas cosas... Me hace sentir especial.
YOU ARE READING
• c u p i d o ; wos •
Fanfiction"¿Que tan difícil podía ser convertirme en la cupido de mi mejor amiga?" By wossxoliva Créditos a @terrazadelvacio por la hermosa portada
• - D O C E - •
Start from the beginning
