• c u p i d o ; wos •

• - T R E S - •

— ¿Cómo era su casa?

— Lind-

— ¿Entraste a su pieza?

— N-

— ¿Mis suegros son buena onda?

— Per-

— ¿Le dijiste algo sobre mí?

— ¡Juliana dejame hablar! — Le grité de repente. Ella se sobresaltó y sonrió con inocencia. — Si, le hablé de vos

En ese momento, no pensé en contarle todos los detalles, es decir, Valentin no sabía de su existencia, y si le contaba eso seguramente no iba a tomárselo bien.

— ¿Y que dijo?

— D-Dijo que... — Al mirar detrás de Juliana, entre los alumnos del recreo, noté que el castaño de ojos claros se dirigía a nosotras. — Creo que te lo va a contestar él.

— ¿Eh? — Juli me dió una mirada de confusión y giró su cabeza, para quedar atónita ante el muchacho.

— Buenas. — Saludó con una sonrisa. — ¿Todo bien?

Juliana estaba petrificada.

Y bueno, el amor de su vida se acercó a hablarle.

— Hola. — Contesté por ella.

— ¿Vos sos Juliana, no? — Juli no contestó. Yo le di un suave codazo para que reaccionara.

— S-Si, yo si soy.. osea, si soy yo. — Rió con nerviosismo. Yo sonreí al verla así, era muy tierna.

— Evelyn me dijo que sos muy buena en Historia, capaz me podías ayudar. — Valentín ladeó la cabeza, y la miró con interés.

«Juliana en este momento se está muriendo por dentro.» pensé, al ver la expresión del chico hacia mi mejor amiga.

Juli tragó grueso. — Dale, c-cuando quieras.

— Dale, después te escribo entonces. — Guiñó el ojo, y me miró. — Nos vemos, testaruda.

— Chupala. — Le grité mientras se alejaba, a lo que rió.

Cuando se fue, volví a ver a Juliana quien seguía en la misma posición que antes, sin mover un solo pelo.

Solté una carcajada ante ella, pero no reaccionó. — Pareces un pan duro Juli.

— ¿Sos consciente de lo que acaba de pasar? — Me dijo con un tono bajo, pero que logré escuchar.

— ¿Valentin te pidió ayuda con Historia?

— VALENTÍN OLIVA ME HABLÓ. — Gritó de repente, agarrándome de los hombros y sacudiéndome con emoción. — Me habló boluda, sabía mi nombre.

Yo reí y tomé sus hombros para calmarla. — Si, Juli, lo vi.

— ¿Le dijiste que era buena en Historia?

— Si, era porqu-

— Me va como el orto en Historia, Evelyn. — Me dijo con un tono frustrado. — ¿Qué hago ahora?