• c u p i d o ; wos •

• - O N C E - •

— No. — Mentí, y Martín se encogió se hombros. — ¿Por qué?

— Por nada. — Negó con la cabeza, restando importancia a sus palabras. — Es que yo pensaba que tenías onda con Val-

— ¡Chicos, necesitamos ayuda! — Gritó Tobo, interrumpiendo nuestra conversación desde la puerta. — ¿Ya terminaron ustedes?

Crucé miradas con el muchacho a mi lado, y negamos al mismo tiempo hacia Tobiaz. — ¿Que necesitas, Tobo?

— El patio es muy grande y necesitamos a más gente que nos ayude, sino no vamos a terminar nunca más de decorar.

— Yo ahora termino y los ayudo, pesados. — Rodó los ojos Martín.

— ¡Gracias bro! — Terminó por decir y se fue corriendo otra vez hacia el patio.

Luego de aquella interrupción, nos mantuvimos en silencio. Podría haber sacado otro tema de conversación, pero ya no quería hablar. Martin estaba por decirme que yo tenía onda con Valentín, y eso causó en mí muchas inseguridades y dudas; ¿Era muy obvia?, ¿Lo miraba de una forma diferente sin darme cuenta?, ¿Y si no solo Martín se había percatado?, ¿Y si Juliana también lo pensaba, pero no me lo decía porque confiaba mucho en mí?. Todo el tema me estaba volviendo loca, completamente loca, sin saber cómo darle un control a la situación.

— Un placer hablar con vos Eve, pero tengo que ayudar a los otros dos pelotudos. — Me dijo Martín, sacándome de mis pensamientos mientras se adentraba a la puerta.

Le di una sonrisa leve, y asenti. — Anda tranqui, suerte.

Y en los siguientes segundos, me quedé sola. No sabía que carajo hacer con todo lo que pensaba y sentía. Y de pronto, recordé que Juliana iba a declararse a Valentín en ese mismo momento. Esperaba con ansias su sonrisa al contarme que él correspondió su amor, necesitaba verla de esa manera, y que mis confusiones estúpidas desaparecieran. Pero, al toparme con todos en el cuarto de Tadeo, su mirada desilusionada la destacaba entre los demás.

Nos quedamos esperando a que los chicos en el patio terminaran sus decoraciones. Yo aproveché que los chicos hablaban entre si, y tomé a Juliana del brazo para sacarla de la habitación y así poder saber que fue lo que había ocurrido con Oliva.

— Juli, ¿Estás bien? — Ella no quería mirarme, estaba cabizbaja. Cada vez tenía más certeza de lo que Juliana podía llegar a decirme, y me dejaba preocupada. — ¿Qué te dijo Valentín?

Juliana negó, y me miró con sus ojos cristalizados, dejándome perpleja. — No me declaré, Eve.

En ese momento, me volvió el alma al cuerpo. Esperaba que me dijera que Valentín la había rechazado, o que estaba interesado en otra persona. Me alegraba el hecho de que eso no haya pasado, y esté así porque simplemente no pudo decírselo.

— Bueno, tranquila Juli. — Yo la abracé y sentí como apoyo su cabeza en mi hombro. — No te preocupes, ya vas a poder.

— No. — Contestó inmediatamente. — Ya no quiero decirle nada, no lo voy a hacer.

Fruncí el ceño, algo confundida con su reacción. Juliana era tímida, y le costaban mucho cosas como estas, pero jamás se rendía por eso. Más allá de no animarse, o no poder lograrlo, nunca dejaba de intentarlo.

— ¿Por qué? — Mi rostro era de total confusión. — Tenés que seguir intentando, no te bajonees así, amiga.

Juliana negaba con seguridad. — No lo voy a hacer, Eve. — Sentí como su voz se entrecortaba. — Me di cuenta que no soy yo la que le gusta...

Quedé atónita ante esa respuesta. ¿Valentín le dijo que le gustaba alguien más?

— Pero, ¿él te dijo algo? — Tragué grueso. — ¿Porqué pensas eso?