• c u p i d o ; wos •

• - O N C E - •

La ronda se miró, algo confundida e intrigada. El Depa prosiguió explicando; ya que era una temática de primavera, debíamos hacer adornos para la casa, y ayudarlo con los detalles.

— ¿Por qué tenía que ser hoy la decoración? — Preguntó Wawa. — Si todavía falta para la fiesta.

— Porque seguramente mi vieja se va a arrepentir más tarde, pero al tener todo preparado no va a poder cancelar nada. — Contestó Tadeo y reímos. Luego volvió a hablar. — La casa es grande, así que nos vamos a dividir en parejas.

Todos nos miramos. Valentín cruzó miradas conmigo por unos segundos, pero yo la evité y miré a mi mejor amiga, quien estaba atenta al castaño.

— Guada conmigo al comedor, Martín con Juliana al living, Tobiaz con Sergio al patio, Valentin con Evelyn a la cocina, Valentino con...

— ¡Esperen! — Interrumpí con un grito y todos me miraron. — Yo voy con Martin mejor, quiero decorar el living.

Soné media rarita, pero necesitaba salvarme de la situación de estar sola con Valentín. Recordé en ese instante que Juliana quería declararse a él si tenía la oportunidad, entonces yo se la dí.

— B-Bueno... — Respondió extrañado el Depa. — Juli vos anda con Valentín, y Eve con Martín.

Juliana me dió una sonrisa disimulada como agradecimiento, y yo le guiñe el ojo. Lo único que esperaba en ese momento era que pudiera animarse a confesar su amor, y que Valentín no rompiera su corazón.

Al cabo de algunos minutos, nos fuimos cada uno por su lado con la pareja que le correspondía. Yo seguía a Martín, ya que él conocía la casa de su mejor amigo a la perfección.

El living era un cuarto mediano, con un gran sofá en el medio y una televisión colgada en la pared. Una hermosa alfombra se encontraba en el suelo, y las paredes tenían algunos cuadros y estantes con libros.

Comencé a decorar las paredes junto a Martín con pequeñas flores de papel coloreado que nos había recortado la madre de Tadeo. Había un silencio algo incómodo, ya que no tenía mucha relación con el chico, pero él decidió romperlo.

— ¿Vos vas a venir a la joda? — Me preguntó a mis espaldas, colocando flores en los rincones.

— Seguramente asista mucha gente, no quiero perdermela. — Sonreí y me miró, también sonriente.

— Yo hace mucho no voy a una. — Hablaba con la mirada en su decoración. — Nunca fui mucho de salir igual, mis amigos son los fiesteros.

Yo reí ante aquel adjetivo y me sonrió. Se lo notaba algo tímido, pero agradable. — Deben ser unos gatos todos, ¿no?

— Siempre lo fueron, y lo van a ser. Tadeo y Valentín se comen a quienes se les cruza. — Martin asintió entre risas, contagiandome. — ¿Vos planeas chaparte a alguien en la fiesta?

Quedé desconcertada ante su pregunta, y pensé algunos segundos antes de responderle. No estaba muy segura de qué podía pasar esa noche. Quizá, besarme con otro chico podía hacer que me enganche y me olvidara un poco de mis sentimientos hacia el innombrable. Podría ayudarme mucho esa situación, y dejar por fin el tema de ser una cupido culpable por sus emociones.

— Si, seguro lo haga. — Afirmé con seguridad mientras colocaba algunas flores en los estantes. — Igual, no tengo pensado a quién, pero muchos pibes de otros cursos me parecen re lindos.

— ¿De otros cursos? — El chico me miró algo extrañado, como si se hubiera esperado otra respuesta de mi parte. — ¿Del nuestro no te atrae nadie?