Cursed Wolf (The marauders)

2. El comienzo de una amistad

Dumbledore le había llevado a Hogwarts personalmente. Remus pensó que seguramente irían por tren, ya que el lugar quedaba retirado; pero se sorprendió cuando, después de despedirse de la madre superiora, el profesor le puso una mano en el hombro y sintió un tirón en el estómago; de un momento a otro no estaban en la entrada del orfanato de Londres, sino en un pasillo de piedra que saba hacia el portón de un gran castillo.

—Bienvenido a Hogwarts.

Remus nunca había visto algo tan majestuoso. Pensaba que Howgarts era un internado británico común y corriente; tal vez algo más refinado con todo eso de ser para magos, ¿pero un castillo? Sus padres no le habían comentado sobre su existencia y él no se lo hubiera imaginado ni en sus más locos sueños.

"Espero salga bien" pensó, sintiendo cosquillas en el estomago "Espero no hacerle daño a nadie"

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Remus entró con la camada del primer año una vez Dumbledore le dio un tour por el maravilloso castillo, todos caminaron hasta el comedor. Todos los profesores estaban en una mesa larga horizontal en una especie de termina. Allí vio a Dumbledore, en el centro, ¿sería un profesor importante?

—Bienvenidos otro año más a Hogwarts —habló el profesor levantándose—. Como director de esta escuela les deseo un buen año.

Remus se sonrojó. "¿director?" pensó "¿fui reclutado por el director? Ni que fuera tan especial".

Todo el alumnado victoreó.

—Como es costumbre antes del banquete de bienvenida haremos la ceremonia de selección.

Más vitoreos.

—No entiendo tanta emoción —murmuró el chico a su lado.

Remus volteó y se encontró con un chico más bajo que él y con más carne que él.

—Se supone es un momento importante —dijo el chico de adelante acomodándose las gafas y uniéndose a la conversación—, tengo nervios.

Remus asintió, sintiéndose abrumado por la presión por tener que opinar.

—Yo sé que seré un Slytherin, así que no veo caso en ponerme el sombrero, ¿lo podré saltar? —todos voltearon a ver al chico de cabello oscuro con cara de fastidio. Estaba a la izquierda de Remus.

—¿De dónde viene tanta seguridad? —preguntó el de los anteojos—. Ni yo que vengo de una familia Gryffindor.

—Yo seguro soy un Ravenclaw, mi mamá dice que seguro termino allí —comentó el bajito del grupo.

—Si nos ponemos a creer lo que nuestras mamas dicen... —se burló el confiado.

—Ya va a comenzar —interrumpió Remus, poniéndose rojo en el camino, mientras veía a una profesora caminando hacia el centro con el sombrero seleccionador.

Remus había leído todo lo que encontró sobre Hogwarts en la biblioteca del orfanato y lo que más le intrigaba era el sombrero, ¿por qué un objeto tenía el poder de decidir a que casa pertenecías?

No pasó mucho antes de que lo llamaran a sentarse en el taburete frente a todos.

—Pobre... —dijo el sombrero seleccionador a penas estuvo en su cabeza—. Has sufrido mucho...

Remus cerro los ojos, asustado. El corazón se le aceleró, ¿Eso podría saber...?

—No te preocupes, estarás bien en ¡Gryffindor!

La mesa de la casa del león se volvió loca y empezaron a gritar, silbar y aplaudir. La profesora le quitó el sombrero y él lo único que hizo fue mirar al chico de las gafas que había hablado antes, el cual había sido elegido en esa misma casa; este le hizo seña para que se acercara y se sentara junto a él.