- ¡Reunión en la sala señoritas! - Avisó la madre desde abajo.

Cuando finalmente Perla pudo reponerse, las dos bajaron al salón principal. Allí, Babi las esperaría para reunirse mientras esperaban el almuerzo. Cuando estuvieron las tres juntas, Babi arrancó la conversación:

- Y dime niña ¿A que se dedican tus padres?

- Bueno, mi padre es administrador rural. Trabajaba en una estancia de Logroño y trasladó su trabajo a Barcelona donde administra a distancia el campo. Y mi madre es profesora de italiano. Viajó mucho tiempo por Italia perfeccionándose. – dijo Valeria

- ¡Ahhh! Entonces es de ahí que tu madre adoptó tu nombre para bautizarte. - Supuso Babi.

- ¡Basta mamá! Deja de incomodar a Valeria queriendo averiguar el origen de su nombre. Pareces la Guardia Civil queriendo investigar – pidió Perla a su madre.

- ¡Anda niña, solo quiero saberlo nada más! – respondió Babi

- Está bien señora, no se haga drama. Quizás tenga razón. Nunca me explicó bien donde había oído ese nombre – dijo Valeria entre risas por la comparación de Perla con la Guardia Civil.

- ¡Ahí la tienes Perla! ¿Ves que no le molesta? – le enrostró Babi a su hija.

- Basta mamá, en serio. La traje aquí porque quería que conozcas su cualidad más grande. Babi Valeria es una muy buena escritora – dijo Perla mirando a su nueva amiga.

- ¿Lo dices en serio? – dijo Babi echándose hacia adelante en su sillón, en dirección a Valeria.

- Bueno, eso lo dice porque ella si leyó mis escritos. Según ella, le han generado emociones y pensamientos. – dijo Valeria con total humildad.

- ¿Te molestaría si te pido para leerlos? – preguntó Babi.

- No, adelante. Con todo gusto. – respondió Valeria buscando el cuaderno en su mochila. Una vez en sus manos, se lo acercó a Babi madre para que lo lea.

Babi comenzó a leer en silencio los escritos de Valeria. Sin lugar a dudas, el perfume de las hojas del cuaderno, atraían su buen gusto. Pero entre los poemas que leyó, hubo uno en particular que le hizo recordar momentos de su juventud. Y en su juventud obviamente se encontraba "él".

Babi cerró el cuaderno con la mirada extraviada. Su hija lo detectó:

- ¿Mamá? ¿Te sientes bien? – preguntó Perla adivinando los estados emocionales de su madre.

- Si hija, me siento muy bien – respondió Babi recuperando el conocimiento – Vaya niña, realmente sabes expresarte. Eres toda una romántica. – le dijo a Valeria.

- Muchas gracias señora. Pero créame, que la mayor parte del tiempo soy muy rebeldona. De hecho, a mi primo lo tengo a los golpes – dijo Valeria haciendo reír a Perla.

- ¿No tienes hermanos? – preguntó Babi.

- No, pero tengo a mi primo que es un poco un hermano y otro poco un amigovio. Ambos sabemos donde están nuestros límites – respondió Valeria.

De golpe, la charla se vio interrumpida con la llegada de Horacio y Andrés. Ambos ingresaron a la casa discutiendo por trabajo.

Andrés, que estudiaba administración de empresas, había comenzado a trabajar en la empresa constructora de su tío Gustavo, mientras que Horacio, que estudiaba abogacía, prefería rehuirle al trabajo. La historia de Andrés se completaba, con la decisión de Gustavo de darle su apellido y adoptarlo como hijo, aunque ambos sabían que eran tío y sobrino. En ese caso, Andrés prefería llamarlo "Padrino" ya que fue también su padrino de bautizo.

3msc: Por tu amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora