Una trágica historia de amor.

09. -Estaremos bien-

-Pero no tiene la silla de montar, como subiré? -los jinetes se acercaban más y los gritos indescifrables se aclararon, era John, completamos a ver y escuchamos un "Corran!" Mire nuevamente a mi hermana.

-Al carajo con la silla, no hay tiempo! -grite, la tome del brazo y de un tirón, sacando fuerza que no sabía que tenía, la subí detrás de mi, escuche su pequeño grito de dolor y me dijo que estaba bien. Tenía que estarlo no le quedaba otra opción.

Tomé las riendas las riendas del caballo y nos adentramos más al bosque justo a tiempo cuando John llego hasta nosotras, los jinetes de atrás venían con antorchas y venían armados, trataban de dispararnos pero fallaban y más nos sospechábamos hasta el punto de perderlos y perdernos nosotros también, no conocíamos esta parte del bosque, al menos no yo y para nuestra mala suerte, la noche callo completamente.

-No creo que los hayamos perdido, creo que no quisieron seguirnos -hablo mi hermana mirando al rededor tratando de ver algo.

-Porque lo dices? -pregunto Pressly.

-No se, creo que, en esta parte del bosque sepultaban a las brujas bajo un gran árbol de roble, esa parte de la tierra la habían bendecido con agua bendita para purificar. 

-Que terrorífico -me reí para no asustarme tanto.

Vagamos por el bosque lo que yo creo varias horas, la temperatura comenzaba a descender un poco.

-Será mejor que paremos, los caballos están cansados. Nosotros haremos una fogata para mantener el calor.

-Por suerte pensé en eso y traje mantas y pan, pero no me dio tiempo para el agua.

-Lo que trajiste es más que suficiente -hablo mi hermana.

-Descancemos aquí.

Bajamos del caballo y a oscuras, a excepción de mi hermana, buscamos ramitas y palos gruesos para poder hacer la fogata. Después de unos minutos John logró hacer fuego. Agus y el  compartían una manta mientras comían un poco de pan.

-Que paso en el pueblo? -me dirigí a Pressly.

-Bueno...estaba viendo la mercadería y vi que unos hombre buscaban algo o a alguien, paraban a la gente y le preguntaban algo, después le mostraban una fotografía supongo, así que le reste importancia y seguí viendo los puestos, pero cuando volví a ver a esos tipos una señora me apunto con su dedo y ellos comenzaron a seguirme y trataron de detenerme, comencé a golpearlos y vine lo más rápido que pude -Agus se había acurrucado y el paso su brazo por sus hombros -trate de perderlos, pero después pensé que podrían hacerles daño así que vine enseguida -asenti con la cabeza para darle a entender que lo entendía -No se preocupen -hablo con voz calma - Estaremos Bien. -mientras tanto yo, mi vista estaba perdida en la fogata, preguntándome que haríamos ahora, a donde iríamos... 

La noche pasó, la fogata se había consumido, desperté envuelta en mi capa y en la manta, John y Agusseguian durmiendo, ya había amanecido un poco se podía ver mas claro pero aún era muy temprano, los caballos comían pasto por suerte no había echo tanto frío como otras noches.

-Despierten ya! -hable alto sobresaltandolos, me dio un poco de lastima ya que se veían bien juntos.

-No tienes porque gritar Julieta! -me retó Agustina.

-Perdón -me levanté y sacudí mi vestido para sacar la tierra y las hojas que se advertían a el, tomé la manta y la doble un poco para ponerla sobre el caballo y usarla como montadura -Deberíamos irnos ahora, aprovechar la luz, la verdad no se que haremos, Agus que dices? Tu siempre sabes de alguien que puede ayudarnos. 

-Conozco a alguien que vive a las afueras de Salem en el bosque, quizás nos ayude -Ambos se levantaron y doblaron la manta.

-No se como haces para conocer a tantas personas, aveces das miedo. -La mire con el entrecejo un poco fruncido, una costumbre en mi, como si cuestionada todo y me pareciera raro.

-Creo que es nuestra tía por parte de padre. La conocí hace un invierno atrás, es buena persona y me ama, seguro nos ayuda -dijo con toda la seguridad que sólo ella tenía en momentos como este.

-Teníamos una tía y no me lo dijiste? -pregunte un poco confundida ya sabiendo la respuesta a eso.

-Nunca preguntaste -se excusó.

-No sabría preguntar si no me hablas del tema.

-Dejen de pelear! -interrumpió Pressly -Ahora donde queda esa tía tuya? -me ayudo a subir al caballo juntando sus manos para que pudiera pisar en ellas y subir, con Agus hizo lo mismo y después subió el atrás de ella.

-Al sur -Luego de recorrer el bosque por horas llegamos hasta una casa echa de piedras blancas.

-Es aquí -afirmó segura.