Juguete

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Desperté al sentir su mano en mi cadera,  como su tacto recorría mi desnuda piel, solo dándome una sensación de miedo y asco, pero también de excitación, lujuria, nose quizás me esté volviendo loco o quizás... sea el efecto de esta oscura habitación.

Cerré los ojos tratando de transportarme a otro lugar, a mi vida aburrida en Beacon Hills, con mi mejor amigo Scott, estar sentado en la banca durante los partidos de lacrosse, pasar la mayor parte de mi tiempo en casa solo, mi vida adolescente. Pero a pesar que ponía todas mis fuerzas en no pensar en lo que aquel extraño me hacía, las caricias que me propiciaba hacia despertar en mí una erección, humillándome.

Sentí como su lengua recorría mi cuello, mientras sus manos hacían una travesía por mi pecho, estrechándome hacia él, sintiendo su cuerpo caliente, se nota que mi captor hace ejercicio, no es pudiera verlo ya que la habitación siempre está a oscuras cuando el entra, noto que sus manos bajan a mis nalgas, tocándolas, abriéndolas, acomodando su caliente miembro en mi entrada, abrí los ojos asustado sintiendo como hacia presión, tratando de entrar.

-          Por favor no más, basta –suplique colocando mi mano sobre su trabajado abdomen, tratando en vano de separarlo de mí, de el solo respondió con un grave gruñido que sonó a advertencia.

Quite mi mano rápidamente y el volvió a besar mi cuello, mientras ronroneaba libidinosamente, sabía que si no obedecía él se volvía muy violento, lo único que podía hacer era recibirlo sin llevarlo a la contraria.

El procedió a entrar, grite al sentir como me invadía con su glande de manera ruda, pero fui callado bruscamente cuando giro mi cabeza y me beso de manera salvaje, con necesidad de devorarme, mientras se termina de hundir en mí, completamente.

El característico golpeteo sexual resonó en la oscura habitación, los gruñidos y bufidos, los gemidos reprimidos, las respiraciones agitadas acompañaban esa violenta y forzada escena sexual, la cual fue interminable para el joven Stiles que sintió como su cuerpo se iba acostumbrando a las caricias de su captor, soltando uno que otro gemido placentero en el cual el extraño se introdujo hasta la empuñadura de su miembro.

-          Eso Stiles, gózalo… -dijo hablando por primera vez mientras movía la cadera en círculos, haciendo estremecer al castaño –solo relájate –dijo tratando de controlarse a pesar que deseaba con ansias derramarse dentro de él y marcarlo de una vez por todas.

Stiles solo obedeció aquella simple orden dejándose llevar por el placer, rebajándose a esa sensación de placer que producía aquel desconocido al golpear su próstata una y otra vez con cada embestida.

Aceleraron sus gemidos cuando sintieron que estaban por finalizar aquella sesión, mientras que el captor arremetia con fuerza mientras acallaba los gemidos de su pequeña presa, sabiendo que muy pronto podría sellar el pacto, pero no ahora, no queria apresurar mas las cosas.

Stiles por su parte no podía pensar en algo toda su mente era golpeada por múltiples sensaciones de placer, sintió como aquel falo se engrosaba en su interior y como golpeaba de lleno en el derramándose y haciéndolo eyacular sobre el colchón.

El extraño beso su mejilla y se salió de su interior, produciendo en él un leve quejido, sentía como se le escurria la semilla de aquel hombre entre sus muslos, trato de ver su cara en la oscuridad, pero era inútil en ello solo podía ver dos orbes azules, lo cual solo le mostraba que esto no acaba, ya que sentía en su muslo la renovada erección del aquel hombre.

Esta sería una noche larga…

Posesivo Amor (Sterek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora