𝙻𝙾𝙾𝙺𝙰𝙻𝙸𝙺𝙴 ➳ 𝐇𝐎𝐋𝐌𝐄𝐒𝐁𝐔𝐑𝐘

𝙷𝚊𝚙𝚙𝚒𝚎𝚛.

𝑩𝒂𝒃𝒚 𝒚𝒐𝒖 𝒍𝒐𝒐𝒌 𝒉𝒂𝒑𝒑𝒊𝒆𝒓...
𝒀𝒐𝒖 𝒅𝒐.

La ciudad seguía tal y como recordaba.

Cada quien parecía en su propio camino y ni siquiera notaban tu presencia, algo que a Enola no parecía dejarle de agradar.

Si bien había escuchado, hoy habría un baile de celebración —aún por el casamiento del joven Lord Tewksbury y la chica Mía, de un apellido que muchas personas desearían tener. —no pensaba en ni siquiera pisar cerca del lugar.

Estos días se la había pasado pensando en lo que ha hecho durante toda su vida. Primero aguantó las lágrimas a más no poder, ya que creía que llorar por un chico era estúpido, pero simplemente fue inevitable no hacerlo después que viera a Tewksbury junto a alguien más y además, casados. Pensó millones de veces en lo que pudieron haber sido si tan sólo se hubiera quedado con él, algo que la destruía por completo.

Pero, poco después, miró hacia el otro lado de la historia, actualmente era una mujer exitosa, casi tanto como su hermano Sherlock. Resolvió mil casos sola y sobre todo, se hizo la fama de ser la mejor detective, obtuvo el respeto de miles de personas alrededor de todo el mundo, simplemente eso era éxito.

Tomando en cuenta esto, su dolor disminuyó un poco, pero no por completo. Pensar que el lindo Lord Tewksbury que conoció hace dos años, quien le había regalado una linda rosa color rosado ahora estaba casado con otra chica, simplemente provocaba que su corazón comenzara a latir con algo de rapidez.

Caminó a través de los pasillos del lindo mercado de flores, aquel en el que años atrás encontró a Tewksbury.

Llevaba su cabello en una coleta alta y este volaba conforme el aire que había, una escena hermosa para un joven a las espaldas de la chica.

—Hey. —habló al acercarse, ella tuvo que alzar la mirada.

—Hey. —dijo sin muchas ganas al ver de quién se trataba, Tewksbury.

—Ahm, no te he visto desde el día de...

—¿Tu boda? Si bueno... he estado en otras cosas. —contestó y siguió eligiendo sus flores.

—Si, me imagino. —contestó. —Habrá un baile, hoy.

—Si, escuché sobre él, felicidades por cierto.

—Si, gracias, felicidades también, te he leído en los periódicos. —Enola suspiró y lo miró.

—Gracias, estuve haciendo lo que amo. —él sonrió y asintió.

—Lo sé, siempre fuiste muy inteligente. —la miró con una sonrisa como solía hacerlo, algo que alertó a Enola, pues bajó la mirada para observar sus dedos entrelazarse entre si, jugando con ellos.

—No me mires de esa forma. —habló, Tewksbury asintió algo sonrojado.

—Oh si, claro, lo siento. —suspiró y Enola asintió.