Sólo por placer

Un ramo de rosas rojas

[... Narra Kathara...]

Salgo de casa de Zoca bastante cabreada, ¿en qué diablos piensa? Primero dice que si me acerco más me besa y a pesar de hacerlo y pedirle que lo hiciera ha pasado de mi... Será gilipollas.

Bajo las escaleras del porche y salgo a la carretera, estoy tan cabreada que no me he dado cuenta del coche que se me aventaba encima. El coche frena justo a tiempo, quedando a unos pocos centímetros de mí. El conductor se baja del auto enseguida.

-¿Te encuentras bien? ¿Te he lastimado? -el chico me observa de arriba abajo y se sonroja, ya os podréis imaginar cómo estaba yo, parecía un tomate. Y es que encima el chico es joven, y muy, muy atractivo.

-Si estoy bien, no se preocupe, discúlpeme -salgo corriendo hacia mi casa, ¡Qué vergüenza!

"Estoy sentada en el sofá, Zoca está a mi lado. Estamos viendo una película romántica, muy bonita, pero siempre cortan la parte de después del beso.

-¿Por qué no hacen una película de lo que pasa después del beso? -pregunto sin pensar.

-Sí que la hacen, se llama porno -siento como me pongo roja, pero me vuelvo atrevida. Me subo en el regazo de Zoca y me quito la blusa mientras lo miro fijamente a los ojos.

-Hagamos porno entonces -le beso apasionadamente y Zoca responde a mi beso, nuestras lenguas juguetean y nuestras respiraciones se aceleran. Las manos de Zoca recorren todo mi cuerpo, apretando mis nalgas, siento su erección en mi sexo y esto me excita más. Un ruido proveniente de la puerta llama mi atención. ¡No me lo creo! El chico que casi me atropella está en la puerta mirándonos, su sonrisa es perturbadora, incluso se podría decir que maligna. Intenta hablar, pero en vez de hacerlo empieza a emitir un desagradable sonido, su cara empieza a cambiar. ¡Ahora es un despertador con cuerpo!"

Me incorporo de golpe en la cama y le doy un golpe seco al despertador. ¿Por qué tuvo que estropear mi sueño? Deberían inventar despertadores que sólo suenen cuando no tengamos sueños bonitos o eróticos.

Hoy el día se me va a hacer eterno, sobre todo en el trabajo.

{...}

Son ya las tres de la tarde, salgo de la peluquería en la que estoy trabajando y me dirijo al bar que está justo en frente para almorzar.

Al entrar en el bar me encuentro de frente con una de las camareras.

-¿Lo de siempre Kathara?

-Si por favor.

-Enseguida lo tendrás listo.

-Gracias Tamy.

-Sobran -sigue caminando hasta pararse en la mesa a la que le tenía que dejar el pedido. Pero para mi sorpresa uno de los cuatro chicos de esa mesa no me quitaba ojo, creo que lo he visto antes, pero no sé donde, en mi trabajo veo muchos rostros.

Me siento en la barra a esperar a que mi pedido estuviera listo. La verdad es que no se tarda nada en prepararlo. Siempre me pido una ensalada y una pechuga de pavo a la plancha.

-¿Puedo invitarla a tomar algo? -miro al chico, es el que estaba sentado en aquella mesa.

-No, pero agradezco su invitación -le sonrío y vuelvo a mirar hacía la ventana de la cocina.