Capítulo Treinta - Final

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Esa mañana recibió una llamada de sus amigos los viajeros.

Le informaron que llevarían a cabo el viaje con los rebeldes de la isla, también solicitaron su ayuda.

Kuger no pudo negarse a su petición.

Ya consideraba a esos extraños seres sus amigos.

Así que reunió a sus amigos Lekh para que lo ayudaran a recibir a las personas que llegarían. También fue a avisarles a los líderes, a pesar de que sabía que ellos vieron todo.

Acordaron ir al portal para recibir a los humanos.

Kuger estaba preocupado, vio cosas que no debería y no pudo alertar a los viajeros de ello.

En su recorrido por las tierras de Ruh pasó a avisarle a Atler, que no dudo en seguirlo, también a Vaysle, esta decidió ir un poco más tarde. Para no asustar a los humanos hasta explicarles la situación en esa dimensión.

Después de dejar el territorio Vyld atrás, la señora de los espíritus se le presentó.

—Syeght —saludó respetuosamente.

—Dulce niño —dijo esta—. Veo mucho movimiento hoy, ¿Hay algo que deba saber?

—Vendrán los humanos, mi señora.

—Que interesante.

El joven espero pacientemente el veredicto. La bella mujer se movió rodeándolo como si analizara sus pensamientos, sus pasos eran tan agraciados que paria bailar.

—Los ayudare —concluyó apasionada.

Kuger no pudo evitar elevar las cejas con asombro.

—Si viene un amplio número de humanos a Ruh —comentó ante el desconcierto de este—. No hay nadie mejor que yo para evaluar sus intenciones, así nos aseguraremos de que no le hagan a nuestro hogar lo que hicieron con el suyo.

Además, ella sabía que algo andaba mal. La energía del lugar estaba perturbada.

***

Cuando las personas empezaron a ingresar por el portal, los Lekh estaban esperándolos.

Sorprendidos por la cantidad de individuos, esperaron al grupo de genios con calma. Los humanos no pudieron ocultar su asombro por los Ruhianos, especialmente los niños miraban con diversión las diferencias que tenían.

Era obvio que estos eran más grandes y coloridos que ellos.

De pronto empezaron a ingresar más rápido, cosa que alerto a los habitantes de la dimensión.

Kuger se acercó a hablar a los que parecían líderes. Owen estaba allí.

—¿Qué ha pasado?

Claire que miraba hacia el portal preocupada le contestó.

—Están atacando, quedan pocos del otro lado, espero que logren pasar —Su voz era firme, luego la suavizó— Mis hijos siguen allí.

—Mi hija también —comentó Owen.

El Lekh hizo una mueca.

—¿Los genios siguen del otro lado? —preguntó otra voz.

Era Farter, pero estaba fusionado con su espíritu animal. Como una serpiente gigante, así se veía. Los humanos se alejaron asustados por la imponente presencia del líder Lekh.

—Puede que estén muertos —añadió Owen con pesar.

La serpiente sonrió.

—Estúpidos humanos —masculló—. Solo debían hacer una cosa bien y no fueron capaces.

Isla ApiWhere stories live. Discover now