Por la tarde, Chen Xiaoxi y Jiang Chen tomaron asiento en una cafetería con un estilo muy Kawai.

Xiaoxi la había descubierto cuando trabaja repartiendo los volantes y siempre se sentía contenta cuando iba, porque ahí todo, completamente todo, era color rosa.

Aunque aquella vez no iba tan contenta, no pudo evitar sonreír cuando la camarera le presentó una bandeja con pastelillos de diferentes formas y sabores.

—¿Y bien? —dijo mientras saboreaba el primer pastel —¿De qué querías hablar?

Jiang Chen no era muy fan de las cosas dulces, pero aún así se atrevió a probar también un pastelillo de chocolate.

—¿Recuerdas a Ai Qing? —mencionó con total calma.

Xiaoxi se sintió tensa y Jiang Chen lo notó enseguida.

La menor asintió mientras pasaba el bocado.

—Me gusta, quiero invitarla a salir.

Xiaoxi sintió cómo su corazón se partía en uno y mil pedazos. Fue igual a la vez que lo vio con Li Wei la noche de los fuegos artificiales.

Me gusta... quiero invitarla a salir...
Aquella frase se repitió en su cabeza miles de veces en tan poco tiempo.

Se preguntó a sí misma si Jiang Chen era tan cruel como para decir eso, sabiendo que ella aún siente algo por él.

—¿Me podrías decir cómo invitarla?

«Sí... Es tan cruel para hacerlo» confirmó.

Sus ojos en ese momento se volvieron cristalinos. Los trató de abrir lo más que pudo, evitando que las lágrimas cayeran y le demostraran a Jiang Chen lo que había provocado.

Una parte de ella estaba deseando con todas sus fuerzas embargarle los pastelillos en la cara y decirle todo el vocabulario que conocía. Pero la voz de Ye Muxi de repente sonó en su cabeza, repitiendole que no muestre debilidad.

Así que, con un hilo de voz, dijo:

—Claro. Pero que sea otro día, no me siento bien hoy.

Diciendo esto, tomó su mochila y salió corriendo de ahí.

Caminó hasta llegar a un parque solitario y se dejó caer recargada donde el tronco de un árbol.

Y lloró.

No entendía la intención de Jiang Chen al decirle eso, pero ahora sabía que lo odiaba por volver a romperle el corazón.

💫🌸💫🌸💫

—Me gusta, quiero invitarla a salir.

Jiang Chen repitió en su cabeza aquella conversación que había tenido un rato atrás con Xiaoxi.

Recordó su expresión y cómo fingió estar de acuerdo con su petición.

Así que aún tengo oportunidad... Pensó mientras regresaba a la residencia.

Sabía que lo que acababa de hacer fue  muy extremo, pero sólo lo había hecho para asegurarse de que aún tenía oportunidad con la menor.

Pasó la tarde ideando cuál sería su siguiente paso ahora.

¿Invitarla a ella a salir? Esa podría ser una buena opción. Pero, ¿A dónde?

💫🌸💫🌸💫

Más tarde, Xiaoxi caminaba de regreso a su casa.

Había pasado un buen rato llorando y se sentía cansada. No tenía humor de caminar bien y sólo arrastraba los pies.

Por ir distraída, no se dio cuenta de que una bicicleta venía a toda velocidad. Escuchó las campanas muy tarde y cuando quiso retroceder, sus pies se enredaron y terminó cayendo sobre el ciclista.

—Perdón... Perdón —repitió muchas veces mientras inclinaba la cabeza, tratando de ponerse de pie.

—¿Perdón? ¿A caso estás ciega, niña? ¿Por qué no te fijas por dónde caminas?

—Perdón, no fue mi intención... Debió haberse frenado antes.

—¡Mira mi bicicleta! ¡Quedó arruinada! ¡Ahora deberás pagarla!

Aquella frase le recordó de repente a Doaming Si y entonces sintió coraje.

¿Pagarla? ¿Por qué ella tenía que hacerlo? Igual se había lastimado al momento de caer.

Su mano estaba sangrando y le dolía un poco el golpe que se había dado en la rodilla.

—¡Usted es el que debería llevarme al hospital! ¡Me lastimé por su culpa!

—¿Mi culpa? ¡Niña mocosa! ¡Te enseñaré a respetar a los mayores...! —el hombre había levantado su mano para encestar una bofetada en la menor, pero sin saber por qué, fue detenido de repente por otra mano.

Xiaoxi había cerrado los ojos al ver la amenazante palma del hombre y se sorprendió cuando el golpe no llegó.

Se atrevió a mirar que lo había detenido y entonces la vio.

Una mujer muy guapa, que seguramente no pasaba de los treinta años, había detenido la mano de aquel hombre y lo miraba con sus ojos fríos.

—Si te atreves a tocarla... Será la última vez que veas la luz del sol —le dijo aquella mujer al hombre —ahora,  ¡largo!

El hombre asustado, agradeció que su brazo haya sido liberado, y enseguida se agachó para recoger su bicicleta del suelo y salir huyendo.

La mujer misteriosa, salvadora de Xiaoxi, dirigió ahora su mirada a ella y examinó su atuendo.

Con sólo mirarla una vez supo qué clase social tenía, pero no le importó en absoluto, esa chica se parecía a ella. Parecían tener el mismo carácter.

—¿Estás bien? —le preguntó a Xiaoxi. Ella asintió —¿Cómo te llamas?

—Chen Xiaoxi. Gracias por ayudarme —hizo una inclinación y después, cuando estaba dispuesta a seguir su camino, la mujer la detuvo.

—Estás herida, déjame cuidarte esa herida.

—No es nada. Sólo un raspón... —la mujer tomó a Xiaoxi de la mano, y con suavidad, se la llevó de ahí.

—Mi  nombre es Doaming Zhuang, mucho gusto.

Amor de Meteoritos [Pausada]Where stories live. Discover now