Pesadillas

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-NO, NO, NO.- Sergio despertó sobresaltado por los gritos de Raquel, no eran gritos como tal, sino más bien lamentos, Sergio giró la cabeza hacia su pequeña mesa de noche y observó que el reloj marcaba las 3:26 de la madrugada.
Sergio con un tono muy delicado se acercó a Raquel y le susurró en su oído "Raquel, amor" para poder sacarla de aquel trance horrible en el que estaba inmersa.

Raquel abrió los ojos y notó al instante que estaban llorosos, otra vez los fantasmas del pasado estaban en su cabeza. No eran sueños, eran recuerdos que volvían en la formas más vivida que podría desear.

-¿Estas bien? ¿Necesitas algo?- Sergio acarició con su purgar su mejilla aún húmeda y le sonrió tratando de darle un poco de ánimo.

-No.- Raquel solo espetó las palabras como un susurro y salió de la cama. No era la primera mocha en la que Raquel despertaba en medio de la madrugada, tampoco era la primera noche en la que ella decidía guardar sus problemas y alejar a Sergio de su lado. Pero, a la mañana siguiente hacía como si nada pasara.

Sergio se sentía frustrado por no poder ayudar a Raquel, sobre todo se sentía preocupado por ella, porque sabía que aunque ella quisiera hacerse la fuerte, esto la lastimaba demasiado.

Pasó más de media hora encerrada en el baño, que Sergio imaginó que fue para ocultar su llanto, Raquel quería estar siempre alegre y aunque estas mal no es un pecado, Raquel creía que si lo era. No quería mostrase débil frente a Sergio, frente a nadie en realidad.

Sergio pensó si seguir en cama como cada noche o hacer algo distinto y por primera vez enfrentar los miedos de Raquel.
Se dispuso hacia el baño y esperó a que Raquel abriera ya que estaba con pestillo.

-¿Puedo entrar?- El cuerpo de Raquel estaba pagado al frío mármol de la bañera, Sergio se sentó junto a ella llevando sus rodillas al pecho y la observó por algunas instantes en silencio.- Sabes que puedes hablar conmigo lo que sea.

-¿Tu me hablas de las pesadillas que tienes con tu hermano?.- Raquel volvió a girar la cabeza a un punto fijo en las luces.

-Yo... no...-Sergio no sabía que decir, intentaba ayudar a Raquel pero no sabía cómo.-se que no soy muy comunicativo con respecto a mi, pero solo quiero hacerte saber que estoy aquí para cuando quieras hablarme de tus pesadillas.

-No son... pesadillas. Son recuerdos Sergio.- ahí giró nuevamente su cabeza haciendo contacto visual.- recuerdos que preferiría borrar pero aún así están en mi inconsciente reprimidos  y vuelven por las noches para quitarme el sueño.

-¿Recuerdos? ¿Sobre qué?- Sergio tuvo tanto miedo de preguntar qué lo hizo con un pequeño hilo de voz.

-Sobre mi, sobre mi vida. Sobre Alberto. Unas vacaciones que prefiero olvidar.

-Raquel, se que no puedo entender lo que estás pasando.

-No, no lo haces.

-Pero... déjame ayudarte a superar esos recuerdos y creemos nuevos juntos.

-Es que no lo entiendes, no se trató solo de eso.- Raquel seguía con los ojos cristalizados.- me encantaría que solo fuera Alberto y todo sería más fácil y yo no tendría que pasar por esto pero lamentablemente no puedo evitarlo.- Sergio estaba más confundido que antes.- Eres tú. Tu también apareces en esos recuerdos que hacen que tengas estos horribles ataques.

Sergio quedó inmóvil como si un balde de agua helada cayera sobre él, ¿Raquel sufría por él y nunca lo había notado?.

-No entiendo.

-El día que me enteré de quién eras en realidad no deja de volver a mi mente y trato de olvidarlo y no lo logro y me provoca una sensación de vacío enorme.-Raquel tenía miedo de mirarlo a los ojos, por primera vez le estaba diciendo lo que realmente sentía- ese la misma sensación que cuando admite que Alberto era una mala persona. Y se, que no eres como él.- Raquel rió amarga arrancando sus cabellos y hundiendo sus manos en su cara.- pero... aún así no puedo dejar de sentirlo aquí cuando despierto.- Raquel apoyó su mano en el pecho para señalarse a ella misma.

Sergio estaba en shock, Raquel y él llevaban más de dos años viviendo juntos, y ya habían pasado más de tres meses desde que el segundo atraco terminó y todo salió bien, nunca más se separaron uno del otro y aún así, ella seguía teniendo ese dolor en el pecho que él hasta el día de hoy desconocía.

-No pretendo que digas nada, se que es una locura y quiero que sepas que yo te amo Sergio, lo hago con todo mi cuerpo de verdad pero, a veces creo que soy una mala persona, o una persona que toma malas decisiones, cuando estuve en la carpa Alicia dijo algo que- Raquel tragó saliva- nunca pude olvidar, como si repitiera un patrón, como si no tuviera la capacidad de pensar por mi misma y un círculo vicioso se cerrase a mis pies.

-Raquel... no se que decir... no quiero que pases tu vida a mi lado sintiéndote de esa manera, pero si de algo estoy seguro es que no era para nada una mala persona, tu eres la persona que ha salvado mi vida Raquel, yo no sería nadie sin ti.

-Yo quiero pasar mi vida a tu lado es solo que, no se como hacer para confiar en ti realmente.- eso era lo que Raquel quería más que nada en el mundo, saber que Sergio no volvería a lastimarla y Sergio quería que ella se quedara a su lado para Siempre, porque esta vez no la dejaría ir, porque esta vez él no volvería a lastimarla jamás.

-Raquel... lo siento Raquel, lo siento mucho de verdad, mira tengo muchos años y eres mi primer amor... no se como hace esto... no se como hablar de esto... solo se que te necesito en mi vida.- Sergio miró fijo a Raquel a los ojos que para este entonces ambos lloraban en el frío piso de aquel baño- Me he enganchado a todo lo que me has enseñado. A cocinar... juntos en nuestro barco cochambroso... a bañarme vestido en el mar. Y... ese Van Morrinson es muy bueno, de verdad, es... me gusta mucho.- Sergio secó con su puño las lágrimas que caían de sus ojos y se atrevió a hacer lo mismo con las que caían por los ojos de Raquel que lo miraba con una cara de enamorada total, Sergio jamás se había abierto con ella de esta manera-Raquel... ahora todo es mejor porque estás conmigo. Porque estoy enamorado. Raquel... yo lo que quiero es pasar contigo el resto de mi vida.

Y fue ahí cuando Raquel no aguantó más y cogió la cata de Sergio con ambas manos y lo besó muy despacio en los labios.

-¿Podrías haberme dicho alguna vez que estabas enamorado no?- Sergio río sacándose las gafas que estaban empanadas y mojadas de tantas lágrimas.

-Te amo.- lo dijo sin anestesia, por por primera vez a una mujer en su vida.- te amo y quiero que sientas que puedo ser tu confidente a todos horas todos los días y no que creas que voy hacerte daño.

Esas cinco palabras quedaron en la cabeza de Raquel pero sobre todo en su corazón, sabía que no sería fácil evitar que las pesadillas aparecieran, pero esta vez, no volvería a salir corriendo, se quedaría junto a Sergio, y juntos lo resolverían como siempre lo hacen.

Un amor en pocas palabras One-shots Where stories live. Discover now