Capitulo 12 de la segunda temporada

599 21 0
                                    

-Yo quelo mantequilla –Megan alzó la mano.

Nos encontrábamos desayunando en una mesa pequeña de las niñas, con tazas rosas, panecillos de colores y en sillas demasiado pequeñas para mi tamaño y el de Justin. Ya llevábamos allí cinco minutos y yo sentía que no iba a poder ponerme de pie porque mi trasero se iba a quedar incrustado allí.

-¿Té o café, señor? –Le preguntó Austin a Justin.

-Café.

Estaba demasiado caliente como para que él lo sirviera, entonces daba la vuelta hasta llegar a mi lado, yo le servía la taza con café y volvía para dársela a Justin. Luego se sentó a su lado y comenzó a tomar su leche con chocolate.

-¿Voy a ir a la escuela acá?

-Claro que si –le dijo Justin.

-¿Yo tamben voy a ir al jardín de niños? –preguntó Ashley.


Justin y yo habíamos discutido eso miles de veces. Yo no quería que las niñas fueran a ningún jardín de niños ni nada, porque yo podía cuidarlas en casa, pero Justin insistía, porque según él, debían acostumbrarse para cuando comenzaran el colegio. Pero yo seguía sin ceder, no quería que alguien más cuidara de ellas, cuando yo podía hacerlo perfectamente porque pasaba todo el día en casa.

-Si.

-No.

Justin volteó a verme. Le dediqué una mirada por sobre mi hombro y seguí con mi desayuno.

-Si, tú y Megan –le dijo.

-No les mientas, Justin –dije.

Se inclinó un poco hacia mi.

-No vamos a discutir ahora –susurró y luego besó mi mejilla.


(...)


Salí del baño envuelta en una tolla y con otra toalla en mi cabello. La habitación estaba vacía, pero el televisor estaba encendido. Lo apagué y me dirigí a buscar mi pijama. La puerta se abrió de golpe y la cabeza de Justin se asomó. Volteé a verlo y me reí.

-Hola –dijo con una pequeña sonrisa.

-Hola –le dije y moví mi mano de izquierda a derecha.

Ahora me sonrió un poco más, pero no entró a la habitación, empujó algo la puerta. Volteé para seguir buscando mi pijama, ya quería irme a dormir.

-¿_____?

-¿Quep? –No volteé.


Se quedó callado, no siquiera hizo algún sonido que pudiera llamar mi atención. Pasó un minuto, encontré un pijama. Justin se aclaró la garganta. Volteé a verlo y abrí la boca con impresión.

-Aww, Justin.

Sonrió algo tímido y tendió su mano.

-Son para ti.

-Que lindo eres –corrí para tirármele encima.


Apartó el ramo de rosas para que yo pudiera abrazarlo con comodidad. Alcé el rostro y lo encontré observándome. Le sonreí, ¿por qué era tan lindo? Bajó su rostro y me besó en los labios.

-Te amo.

-Yo te amo a ti –dije toda emocionada.


Hacía mucho Justin no me regalaba rosas y como antes para mí era casi una costumbre, cuando descubrí que ya no lo hacía, me había puesto mal. Y ahora volvía con un ramo el doble de grande de los que usualmente me regalaba, ¿cómo no iba a estar emocionada?

La Bella Y La BestiaUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum