Rutina alterada

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Al día siguiente el hombre comenzó su rutina como de costumbre, cada segundo perfectamente organizado en una rutina casi enfermiza, una vida sin sobresaltos y meticulosamente planificada que lo llevaba a repetir lo mismo una y otra vez, nadie sabe exactamente porque llevaba una vida tan rutinaria y específica, pero sí era más que sabido lo mal genio que se ponía cuando algo la interrumpía o retrasaba de alguna forma, la poca gente que lo conocían de cerca sabían que solo era un desdichado refugiado en lo que le daba seguridad, una sombra de lo fue décadas atrás, pero los que no tenían ese escaso conocimiento, solo tienen la desfortuna de conocer al hombre aquel, sabían que más que un hombre Abraham parecía más bien un robot o algo similar, no solo por su enfermiza y compulsiva rutina, si no también por su aparente falta de emociones ya que era conocido por su apatía, su extrema seriedad y su pésimo carácter que lo hacían ver ^arrogante^ e incluso lo denominaban como ^persona no grata^ por lo que en general, las personas que desconocían aquella historia preferían evitarlo, el hombre caminó por las calles vacías en silencio y rápidamente como todos los días, hasta llegar a aquel cruce peatonal, donde el silencio de la mañana se rompió con el dulce tono de la voz de aquella joven muchacha del dia anterior.

-Hola don Abraham!! buenos dias pues como le va?- dijo la chica sonriente.

el hombre la ve de reojo "porque me llama don no soy tan viejo" pensó para sí.

-Hola. bien gracias.- respondió seco y cortante. -No me trates de de don no soy tan viejo- repuso algo molesto.

-ha? claro disculpe pues...- respondió la chica.

Caminaron hasta el paradero, ella le hablaba y preguntaba durante todo el camino, pero él solo le respondía con evasivas, estaba visiblemente molesto y lo daba a demostrar, pero ella solo ignoraba su amargura, decidida tratar de entablar una conversación, ella siguió hablando durante el camino al paradero y en la espera del autobús, la chica seguía interrumpiendo el silencio de la rutina tan acostumbrada del hombre y eso lo fastidiaba, pero la voz de la muchacha era tan gentil y dulce que inevitablemente le trajo a su mente recuerdos que estremecía su corazón, dejando una sensación de vacío que le era difícil de sortear, sin poder explicar estas emociones el hombre no tuvo los ánimos de hacerle callar, él solo se limitó a tratar de evadir la conversación e intentar deshacer este sentimiento, pero por más que trataba de evadir las preguntas de la chica le era imposible, el autobús llegó al poco tiempo y él sintió un alivio al pensar que retomaría su rutina, como de costumbre canceló su pasaje y se sentó en los asientos cercanos, ella sube detrás saluda muy amablemente al chofer y cancela su pasaje dando los buenos días dirigiéndose a los asientos, pero esta vez ella se sentó junto a él haciéndolo moverse hasta el asiento junto a la ventana, eso no solo le pareció extraño al hombre sino que también molesto, ya que siempre viaja solo y en silencio, ella simplemente se quedo a su lado y le hablo hasta llegar a la empresa, él trataba de evitar la estar junto a la ventana y toda esa oleada de recuerdos y sentimientos pero la  conversación solo lo sumerge más en ellos, ella no le daba pie al silencio estaba decidida a saber que había tras esa mirada melancólica y ese silencio tan sepulcral, finalmente llegaron a su bajada y el hombre volvió a sentir ese pequeño alivio, la muchacha bajó primero y lo espero abajo, él sintió unas ganas de seguir de largo en el autobús y no confrontar a esta mujer que despertaban en él esos tristes recuerdos, pero debía trabajar, bajo del bus muy malhumorado y aguanto la plática de la chica hasta llegar a la empresa, ese día su tan meticulosa y aburrida rutina se vio interrumpida constantemente por la amorosa y animada chica que aprovechaba cada momento libre para conversarle, cosa que a él le parecía extraño y abrumador, ya que no acostumbraba hablar con sus compañeros, menos si eran mujeres, mucho menos si eran tan jóvenes como ella.

El dia se paso mas rápido de lo habitual, pero también se le hizo tremendamente más agotador de lo acostumbrado, sin saber muy bien las razones de porque esta chica traía tantos recuerdos a su memoria, se fue refunfuñando para sí mismo, "que le pasa a esta chica" "que bicho le picó con migo" "no me dejo ni un minuto de paz"... pensaba para sí mismos mientras caminaba al paradero.

-Don Abraham!! - se escuchó una voz que lo sacó de sus pensamientos 
-que bueno que lo alcance ahora ya no me iré sola pues- dijo la chica que lo alcanzó en un trote rapido.

-que "bueno"- respondió el hombre en tono sarcástico -que te dije del "don".

-ups.. jeje lo siento- respondió algo apenada la muchacha -entonces ¿cómo le digo pues?- pregunto en tono amable.

-ya que, veo que tendré que lidiar con tus conversaciones a diario- le dijo en un tono hostil -solo dime Abraham.- respondió.

Llegaron a la parada justo cuando estaba llegando el autobús, Abraham dio una carrera corta para alcanzarlo ya que sabía que el próximo tardaría más de treinta minutos en pasar y él no estaba dispuesto a soportar otros treinta minutos con esas charlas, pero por sobre todo no quería enfrentar estos sentimientos tan nostálgicos que le inundaban su corazón, la chica corrió tra de él y lograron alcanzar el autobús, subieron rápidamente antes de que este se marchara, él como de costumbre pagó su pasaje serio y sin siquiera ver al conductor ya estaba demasiado agotado, ella subió detrás canceló su pasaje deseándole las buenas tardes y sonriéndole amablemente, se sentaron juntos o mejor dicho él se sentó y ella se le arrimo igual como esa mañana.

-parece que está molesto, ¿se encuentra bien?- pregunto la chica con tono de ingenuidad.

-si. estoy bien- respondió seco el hombre.

Llegando a su parada ambos bajaron del autobús, él comenzó a caminar lo más rápido posible esperando dejar a la chica atrás, pero ella le siguió el paso como pudo y le habló hasta el cruce peatonal muy a pesar de él.

-nos vemos Abraham, hasta mañana pues que tengan una linda noche- dijo la chica desviando por la calle que pronto la alejó de él.

El la ve alejarse por una fracción de segundo sintiendo un alivio que reflejo en un largo y sentido suspiro, retomo su camino tratando de controlar estos sentimientos que pensó, haber enterrado para siempre, caminó en silencio hasta llegar a su casa como de costumbre, se recostó en el sofá para descansar pero las palabras de la chica daban vueltas en su cabeza, "hasta mañana".... "que tenga una linda noche" ... "Creo que no volveré a tener mi calma otra vez " pensaba el hombre mientras recordaba el día tan fuera de lo común para él. 

Tras un buen baño caliente, el hombre merendó y se fue a costar, pero no hacia mas que darse vueltas en la cama, pensando una y otra vez en Sophia y en todos esos sentimientos encontrados, "esta chica, me la recuerda a ella" pensó mientra sintió como una lagrima rodo por su mejilla secandola rápidamente con la manga de camisa, el día que había tenido junto a su nueva compañera a su lado, lo mantenía inquieto, sentía como si estuviera sobre una enorme montaña rusa de emociones y recuerdos que deseaba olvidar desesperadamente, pero al mismo tiempo tenía curiosidad de porque una chica como Sophia le hablaba a él con tanta insistencia, sentía rabia porque toda su rutina fue retrasada por sus constantes interrupciones, entre tantos recuerdos y reproches poco a poco el sueño fue ganando terreno y el hombre se fue durmiendo lentamente.

El Llanto de un hombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora