—Ah sí, ¿ocupado en qué?

—Ya sabes uno que tiene muchos asuntos pendientes.

—Tus únicos asuntos son de andar de fiesta en fiesta, beber hasta perder la razón y conocer al menos una chica por día.

—Hablando de eso ya que estas aquí —pone una mano en mi hombro y suspira —necesito dinero.

Aunque la esperaba definitivamente quería que no fuera eso lo que pidiera, este chico siempre se mete en líos.

—¿Esta vez para qué es?

—Oye solo necesito el dinero, lo que yo haga con él ya es asunto mío.

—Pero olvidas que es mi dinero, y que ya me debes mucho, así que también es de mi incumbencia.

—Ya sabes lo de siempre.

Pongo los ojos en blanco, no puedo creer que este chico no cambie, sigue siendo el mismo de siempre, pero lo que más me sorprende es como puedo aguantarlo.

—Bueno ¿me lo darás o no?

—Primero limpia esto y ya veremos después.

Sin decir más me dirijo a mi cuarto, por suerte es el único lugar que aún no ha ensuciado Azael. Si mis padres lo vieran no sé qué pensarían de él ahora.

Me recuesto en la cama, vaya al fin un lugar decente para mí, las camas de la zona son terribles, hacen demasiado ruido y en vez de ser una cama parece una tabla forrada con tela, son tan malas que no he podido dormir bien, aunque al menos eso me sirvió para salir a correr en las mañanas, aún recuerdo como Jhon creyó que era parte de mi rutina diaria, pero claro como él es uno de los afortunados por tener un lugar para el solo no tenía que padecer nada de esto.

Me levanto y los huesos me truenan...

—¡¡Gracias maldita cama de tabla!!

De verdad que tan solo pensar que dormía allí me da mucho coraje, me siento muy adolorido de los huesos, definitivamente necesitaba estos días para mí, no pienso moverme de esta cama, tal vez no sea una cama para un rey, pero si es más decente que las de la zona y eso para mí ya es mucho.

Al final de cuentas tengo que disfrutar lo poco que me quede aquí, porque, aunque estoy seguro de mí mismo y sé que volveré, está la probabilidad de que no, hay no por eso odio matemáticas siempre lo complican todo.

—¿Qué fue ese grito? —Azael asoma su cabeza por la puerta y yo solo me vuelvo a recostar en la cama.

—Nada solo le digo a mi cama cuanto la amo.

—¿Bromeas verdad? Yo ya pensaba en tirarla y comprar una nueva.

—¿Ah sí y con qué dinero?

—Pues con el mío.

—¿Tú tienes dinero? —levantó una ceja y el solo rueda los ojos.

—Por supuesto que tengo, solo que no lo uso para cualquier cosa.

—Ah claro, solo para las fiestas y para los tontos juegos en los que apuestas y lo pierdes todo, ¿no es así?

—Mira cállate que si no fuera por eso hace mucho que esto estaría en la ruina.

—Si no fuera porque dejaste la escuela podrías hacer algo mejor que meterte en problemas y evitar esos estúpidos juegos que lo único que causan es que te partan la cara.

—Aunque hubiera estudiado sería igual así que no me interesa, en fin, muévete que tenemos que salir.

—¿Tenemos? —me siento en la cama y él solo me mira sin expresar nada.

—Si "tenemos" que salir, no te vas a quedar aquí los tres benditos días, tienes que salir y...

—Ya no digas más, así que como tú te sabes mi "supuesto sermoneo" yo me sé el tuyo, cada que voy contigo a una de esas fiestas a las que vas, termino pagando todo, terminas endeudado, totalmente ebrio y ambos tenemos que huir sino queremos salir más golpeados de lo normal.

—Eso no es cierto, yo lo hago...

—No mejor corre tú, tengo ya una cita.

—¿Una cita? ¿Tu? ¿Con quién eh?

—Con mi cama, así que si nos disculpas queremos privacidad.

Le hago un ademán con la mano de que salga de la habitación, él rueda los ojos por enésima vez en el día y se va.

Debo disfrutar mis últimos minutos de paz y tranquilidad porque, aunque ya se ha ido es demasiado terco, lo que me hace asegurar que vendrá de nuevo, tan solo de pensarlo me duele la cabeza.

Me acurrucó en mi cama, poco a poco entro más en calor, las cobijas que cubren mi cuerpo ahora me quedan pequeñas, pero no me importa, me encojo un poco más, y por fin logró cubrirme completamente. Mis ojos comienzan a cansarse, cada vez los párpados me pesan más, y todo comienza a tornarse más oscuro, se siente un alivio volver al lugar del que he venido, del lugar en el que me siento tranquilo.

Lo oculto en la guerra [Terminada] ✔️Where stories live. Discover now