13. Mas viejos, mas idiotas.

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— ¿Y Marie? —le pregunte a Dani, quien estaba un puesto adelante mio sentada con una chica nueva.

— Dijo que no vendría.

— ¿Otra vez? —le pregunte fastidiada ya que era la quinta vez en el me que me dejaba abandonada, sin nadie quien ocupara el pupitre junto al mio.

La pelinegra asintió mientras se encogía de hombros. Bufe.

— Bien. Buenos Días —saludo la profesora mientras se sentaba en su escritorio.

 Algunos respondieron con balbuceos que casi no se entendían.

— Hoy les entregare sus informes de lecturas —nos informo.

Daniela se giro regalándome una sonrisa triunfadora, dando por adelantado que nosotras obtendríamos un 10.

— Aaron Preston y Marcus Brown —los gritos de los chicos del equipo de rugby y los abucheos de las animadoras se hicieron audibles en menos de lo que canta un gallo. Tifanny tenia sus pulgares hacia abajo en compañía del resto de plásticas, mas conocidas como discípulas de la abeja reina.

Los mas populares rostros del institutos habían roto hace unas semanas y al parecer la abaja mayor aun no lo superaba.

— ¡Silencio! No estamos en un maldito rodeo para que estén todos gritando como animales. Ahora se me callan todos o los mando uno por uno a la dirección —grito la profesora dejando caer con fuerza el conjunto de papeles contra su escritorio, haciendo que hasta la mosca que giraba en el salón se quedaras quieta por un segundo —. Ahora, continuamos.

— Aaron es un idiota — comento Dave con un deje de burla.

— ¿Por que? —le pregunte girando mi cabeza hacia el, confundida.

— Pedazo de mujer que dejo escapar —dijo mordiéndose el labio.

Mi mandíbula callo, completamente atónita por lo que mi amigo acababa de decir. ¿Escuche bien o me olvide de limpiar mis oídos esta mañana?

— ¿Que? —le pregunte dejando escapar un jadeo de la impresión.

— ¿Que acaso no le has visto el cuerpo a Tifanny? —pregunto el castaño, mirándola de reojo.

Un calor invadió mi cuerpo haciéndome apretar los puños.

— ¿Estas de coña verdad? —le pregunte esperando que me dijera que solo era una broma sin sentido.

— ¿Como crees? ¿A que gimnasio ira? Le deberías pedir la dirección, una de esas quedas como ella. Ademas, te hace falta algo de ejercicio —me comento.

— Eres un completo idiota —el escupí enojada. ¿Quedar como ella? ¿Acaso cree que quiero quedar como una plástica con el cerebro del porte de una hormiga?

— ¿Que dije? —pregunto —. Will, ¿que hice?

— Solo... callate, lo empeoraras — le dijo mi hermano.

Como Tifanny... ¡Ja! ¿Que se cree? Pensé que me conocía ¿Quien cree que soy? Y sobre todo ¿Que quiso decir con que me faltaba un poco de ejercicio? ¿Cree que estoy gorda?

— ¡Skyler! —me llamo la profesora —. Tu trabajo —me tendió el conjunto de papeles.

Un 9.5 estaba escrito e la esquina superior de la hoja con marcador rojo y un ¡Felicitaciones! bajo este. Estoy segura que lo corrigió la ayudante de la profesora ya que esta nunca escribiría un ¡Felicitaciones! por mas bueno que estuviera el trabajo.

— ¿Que nota? —pregunto entusiasmada mi amiga.

Levante el informe dejando a la vista el 9.5. Lo que provoco la furia de mi amiga.

RechazadosWhere stories live. Discover now